PUERTAS ADENTRO
La ciudad natal de Angela Merkel no solo es uno de los mayores puertos de Europa, sino una gran pantalla acuática con nuevos barrios bohemios.
Cuando la canciller Angela Merkel invitó a dirigentes internacionales a su ciudad natal para la cumbre del G20 en julio del año pasado, el mundo recibió una espectacular presentación de la segunda ciudad más importante de Alemania, hogar de la resplandeciente sala de conciertos Elbphilharmonie. Al ser el mayor puerto de Alemania y una tradicional vía de acceso al mundo, Hamburgo siempre miró hacia fuera y prefirió mantener sus maravillas y su entorno cultural prácticamente en secreto. Es una piedra preciosa oculta a la espera de ser descubierta. Hamburgo se define por su relación con dos cuerpos de agua: el río Elba, que da entrada a buques de carga y cruceros provenientes del Mar del Norte, y el lago Alster, que se ubica en el corazón de la ciudad. El paseo por la orilla sur del lago, llamado Jungfernstieg, es la presentación perfecta de Hamburgo, con su terraza escalonada que se eleva del borde del lago hacia un bulevar con elegantes tiendas departamentales de un siglo de antigüedad. Muy cerca se encuentra el imponente Rathaus, el ayuntamiento neorrenacentista del siglo XIX; su elevada torre con reloj se cierne sobre la Rathausmarkt, una de las plazas principales de la ciudad. Se ofrecen recorridos en inglés varias veces al día (€ 4). Mientras los turistas acostumbran explorar el lago Alster a bordo de alguno de los apacibles cruceros que zarpan de Jungfernstieg, los residentes de Hamburgo lo utilizan como una excelente pista escénica para caminar, trotar o andar en bicicleta a través de hermosos parques y exclusivos vecindarios arbolados. El lago está compuesto de dos partes: el pequeño Binnealster y la vasta extensión del Aussenalster (que se traducen literalmente
Rathaus es el ayuntamiento neorrenacentista del siglo XIX, de torre con reloj