Los productores perdieron 7,5 mil millones de dólares por el clima
Los 30 millones de toneladas de granos que se resignaron en la cosecha generan tensiones que se transmiten a toda la cadena agropecuaria.
La sequía del verano pasado generó lotes que quedaron sin sembrar, con el aumento de áreas de abandono y rendimientos de cultivos muy por debajo de lo normal, que generaron pérdidas de 18 millones de toneladas de soja y 10 millones de maíz. En abril llegaron las primeras lluvias pero empeoró la situación en lugar de paliarla ya que la humedad permanció durante mucho tiempo y, en combinación con altas temperaturas, produjeron un efecto germinador que brotó lo que aun restaba cosechar de soja y maíz. Finalmente las pérdidas ascendieron hasta 20 y 10,5 millones de toneladas, respectivamente.
De acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, las pérdidas entre los dos cultivos significan que los productores perdieron ingresos brutos por 7.500 millones de dólares. “Esas 30 millones de toneladas de granos que hoy no están en el circuito comercial argentino son la causante de las tensiones y preocupaciones que se observan en toda la cadena comercial y de pagos del sector. Sin esa mercadería, Argentina resignó un ingreso de divisas del exterior por exportaciones de US$ 8.000 millones. Ello equivale a cerca del 14% del total exportado por Argentina en el 2017 (U$S 58.428 millones) y el 30% de las divisas que entraron en el 2017 por ventas al exterior de granos, harinas y aceites (el principal rubro de exportación de nuestro país)”.
El informe indica que en 2018 Argentina se perdería la posibilidad de exportar: 11 Mt de harina de soja (su producto estrella en materia de exportaciones), 2 Mt de aceite de soja, 3 Mt de soja en grano y 10,3 Mt de maíz en grano.
“Los acopiadores, cooperativas, transportistas, corredores, entregadores de cereales, bancos locales, vendedores de insumos, rodados, máquinas y equipos, además de estaciones de servicios, mecánicos y el resto de los agentes económicos que trabajan íntimamente ligados al campo o viven gracias a la actividad agropecuaria, sufrirán una fuerte caída en sus ingresos por la baja en la actividad económica en general, tanto a nivel comercial, industrial y en los servicios. Según nuestras estimaciones, computando este efecto multiplicador, la economía argentina pierde cerca de US$ 6.000 millones, o el 0,9% del PBI estimado por el FMI para el año 2018”, sostiene el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Desde la entidad sostienen que en cuanto al costo para la actividad económica doméstica, la suba de precios de las últimas semanas no alcanza para compensar al productor por las pérdidas de cantidad, resultando en un quebranto neto por US$ 2.000 millones sólo para el sector primario.
“La situación de los productores sojeros es mucho peor de lo que muchos creen”, sostuvo Carlos Iannizzotto, presidente de CONINAGRO. Desde la entidad gremial sostienen que La proporción de la soja de primera en condición mala se eleva a 58% y, peor aún, para la soja de segunda más del 70% de la producción se encuentra en malas condiciones, según la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En lugares claves de la zona núcleo, como Venado Tuerto, la producción ha sido “mala” en el 70% para la soja de primera y 80% para la segunda. “El deterioro en la calidad del grano ha llevado a que los productores deban sufrir descuentos que van desde el 20 hasta el 80%, con el consiguiente quebranto económico”, advirtió el titular de CONINAGRO.
El Consejo Directivo Central de la Federación Agraria Argentina emitió un comunicado sobre el presente y el condicionamiento para la próxima campaña: “Los productores, teniendo que hacer frente a los compromisos contraídos, con los desembolsos requeridos en la campaña fina en frente y así tratar de recomponer aunque sea levemente las pérdidas sufridas, salimos a vender parte de nuestras reservas estratégicas (básicamente grano de soja almacenado en silo bolsa) a fin palear esta situación. El sector agrícola tiene en manos de los productores menos de un 17% en forma de reserva, de los granos producidos en la campaña. Esta es la única forma en que los productores retienen divisas como resguardo de valor”.
“Las pérdidas de cantidad resultan un quebranto neto de 2.000 millones de dólares”.