VALLES VERDES
Waterford Greenway es una ciclovía de 46 kilómetros que escolta el trayecto de un antiguo tren. Corre del río hacia el mar, atraviesa tres viaductos y culmina en Dungarvan.
Del río al mar, de Waterford a Dungarvan, una ciclovía bastante reciente rescata los imperdibles de la campiña irlandesa. En tan solo 46 kilómetros, castillos, pastores, bosques fríos, tres antiguos acueductos y mucha paz a cielo abierto
En el pequeño patio adoquinado del pub O’Mahony’s hay mucha actividad en verano: cuando los días son buenos, los agotados ciclistas se echan al cuerpo una cerveza en el pub. Otros están sentados en mesas de madera y estiran las piernas cansadas al sol. En el césped delante del pub hay un montón de bicicletas esperando que continúe el tour. Para los ciclistas, O’Mahony’s, en la ciclovía Waterford Greenway, es un lugar ideal para recuperar fuerzas. El pub está en Stradbally, ciudad que se encuentra a unos diez kilómetros de la localidad de Dungarvan. Quien haya comenzado el tour en Waterford y haya recorrido los 46 kilómetros de esta ciclovía bien trazada en el sureste de Irlanda casi ha llegado a la meta en este punto.Garvan Cummins alquila bicicletas en el patio del pub. En el pequeño cobertizo pintado de blanco, Cummins y dos ayudantes reparan ruedas pinchadas y ajustan los frenos o los cambios. “Cuando los ciclistas han quedado varados y no pueden continuar, también los recojo con el auto”, dice Cummins, de 40 años. El hombre no solo es mecánico de bicicletas. Sin n él ni siquiera hubiese existido do la Waterford Greenway. Hace unos diez años, el historiador ador y un par de amigos decidieron eron dar nueva vida al antiguo tramo ferroviario entre Dungarvan y Waterford. En ese momento se fundó el Deise Greenway Group, que transformó el tramo ferroviario en ciclovía. Desde entonces, Cummins lleva el apodo “The Greenway Man”. Actualmente, también se llama así su empresa de alquiler de bicicletas. La ciclovía ha cambiado el l área alrededor de Waterford. ord. “Hace dos años no había casi nadie en el pub”, cuenta nta Cummins. “Ahora está lleno”. Incluso cuando el O’Mahony’s está a tope, la Greenway, una vía plana, generalmente no está atascada de ciclistas. Con suerte, los deportistas pueden disfrutar incluso en días soleados de un tour casi solitario por el paisaje intensamente verde. Para los cicloturistas experimentados, el trayecto puede parecer corto. Sin embargo, el paisaje es muy variado. Quien inicia el tour en Waterford pasa primero junto al río Suir y en Kilmeaden junto a una estación ferroviaria. En esa localidad se puede hacer un tour en un tren de vía estrecha. Luego, la ruta para ciclistas pasa junto a campos y praderas. En Kilmacthomas, el trayecto pasa sobre un viaducto impresionante y continúa junto a setos altos hasta el pub O’Mahony’s. Después, la ciclovía sigue por un largo túnel algo oscuro y al final, junto al mar, hasta llegar a la pequeña ciudad portuaria de Dungarvan. Lo que deben saber los extranjeros es que en la vía las bicicletas circulan por la izquierda. A quien no respete esta regla le dicen inmediatamente “wrong side of the road” (lado equivocado del camino), en un tono decidido pero amable. En los alrededores de Wexford hay numerosas rutas para cicloturistas, por ejemplo, la Slaney Route, que tiene una extensión de 53 kilómetros, o la South Wexford Route, de 78 kilómetros. Generalmente,
las rutas pasan por caminos estrechos y áreas poco pobladas, junto a grandes mansiones, viejas iglesias y castillos aún más antiguos. En algunos tramos, las rutas están flanqueadas por altos setos cuyas ramas y hojas forman un túnel verde intenso. Por lo general, las rutas están bien señalizadas. Aun así, los ciclistas deberían estar muy atentos. Quien no vea los indicadores azules fácilmente puede desviarse. De todos modos, la hospitalidad irlandesa siempre ayuda cuando uno quiere preguntar por el camino. Al final, el turista siempre llega a la meta.