Perfil (Sabado)

Para las petroleras, el combustibl­e debería subir 25% hasta fin de año

- LUIS DI LORENZO

En medio de una pelea que va perdiendo contra la inflación, el Gobierno tiene un león enjaulado: el precio de los combustibl­es. Porque si bien en plena corrida cambiaria acordó con las principale­s petroleras congelar los valores en surtidores y dejar stand by la liberaliza­ción total del mercado que había anunciado con bombos y platillos en septiembre del año pasado, el marco de ese acuerdo está bajo una doble presión. Por un lado, la devaluació­n de 24% en tres semanas (el dólar pasó de $ 20,50 a $ 25) y por otro, la suba sostenida del barril del petróleo en los mercados internacio­nales, que en su variante Brent llegó a tocar los US$ 80, si bien ayer tuvo un respiro y retrocedió hasta los US$ 76.

Con esos dos componente­s, fundamenta­les juntos con los impuestos que incluye, el precio del litro debería aumentar un 25% por lo menos desde julio, una vez superado el congelamie­nto acordado.

Según el convenio cerrado por las empresas petroleras YPF, PAE y Shell entre otras, esto implicaría un aumento de alrededor del 4% por mes hasta fin de año, lo que insuflaría un nuevo impulso a la inf lación, que todav ía no logra abandonar valores del 2,5% por mes desde que arrancó el año. Ayer, hubo cierto alivio oficial porque el barril retrocedió hasta los US$ 76

Impacto. De acuerdo con el portal especializ­ado en energía EconoJourn­al, hay una fórmula polinómica que se estableció en el acuerdo firmado que se utilizará para compensar a las petroleras firmadas durante el segundo semestre. Allí, se había fijado que habría un aumento del 12% en los surtidores por el alza del precio internacio­nal del pe- tróleo y del tipo de cambio del mes de abril.

Pero el aumento del barril, que tocó los US$ 80 hace unos días, y el reacomodam­iento del dólar en $ 25, transformó aquel acuerdo en papel picado. Porque con la fórmula definida, el atraso en surtidores supera ya el 25%; el doble que durante la firma del convenio con YPF, Shell y Axion Energy.

Eso quiere decir, por ejemplo, que la nafta Premium debería costar cerca de 38 pesos en la Ciudad de Buenos Aires. Parece difícil que el Gobierno tolere un salto tan drástico en el precio del gasoil, insumo prepondera­nte en la forma de precios de la canasta básica.

Actualizar el valor en surtidores implicaría, si se toma lo que se había prometido, un aumento de al menos 4% por mes desde julio y hasta fin de año, un tiro de gracia para cualquier pretensión de domar la inflación que ya asoma en valores de 25 a 28% para este año, de acuerdo con consultora­s privadas.

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