“Los políticos brasileños son una casta”
Todo indica que, a partir de septiembre, José Roberto Tadros será elegido al frente de la poderosísima Confederación Nacional del Comercio (CNC) brasileña, que representa a empresarios de los sectores de bienes, servicios y turismo, que responden por el 75% del PBI brasileño.
Tadros, que preside la federación de comercio de Amazonas, encabezará una entidad que brinda decenas de servicios a las cinco millones de empresas asociadas.
Consciente del difícil momento que atraviesa Brasil, subraya la importancia de la relación con Argentina, critica a la “casta política” que manipula recursos y rechaza las críticas al Lava Jato, la gigantesca operación contra la corrupción llevada adelante por “heroicos jueces”.
“La crisis económica que vivimos aún se siente. Y la recuperación está frustrando algunas proyecciones. El alivio solo vendrá de la retomada del crecimiento, con más crédito y generación de empleos”, explica.
Brasil tendrá en octubre unas elecciones presidenciales rodeadas de incertidumbre. El candidato que encabeza las encuestas, Luiz Inácio Lula da Silva, está preso; su inmediato perseguidor, Jair Bolsonaro, es un nostálgico de la dictadura militar, y los candidatos de centro y derecha no llegan a las dos cifras en los sondeos.
“Sí, estamos frente a un contexto electoral con una fuerte indefinición, pero tengo fe en la capacidad del pueblo brasileño en buscar soluciones democráticas al elegir al nuevo mandatario, y para tener un Congreso renovado”, afirma Tadros.
Casta. Más allá de su optimismo, el empresario amazonense es un crítico feroz de la clase política brasileña, que fue alcanzada de lleno por escándalos como el “mensalao” o el Lava Jato.
“Los políticos creen que los recursos públicos les pertenecen. Se han convertido en una verdadera casta que manipula los recursos y que, cuando esos recursos se vuelven escasos, aumenta los impuestos”, explica.
“La sociedad brasileña ya no aguantaba más pagar una carga
tributaria equivalente al 40% del PBI, con los escasos servicios prestados a la población. Es como decimos aquí: ‘Brasil cobra impuestos suecos y brinda servicios africanos’”, agrega.
Por eso, Tadros rechaza de lleno las críticas por una supuesta politización de los magistrados que impulsaron el Lava Jato. “De ningún modo los jueces actuaron con intereses políticos. Juzgaron en base a pruebas, documentos y testimonios. La contribución que el Lava Jato ha dado, con sus heroicos jueces, va a generar una nación moderna, en la que aquellos que se creían dueños de los recursos del país no tengan la tentación de apoderarse
de ellos de forma poco ortodoxa”.
—Desde el retorno de la democracia, Brasil y Argentina hicieron de su relación un eje de la política exterior de ambos países. ¿Cuál es su visión?
—Argentina es un socio histórico indispensable, estratégico. Sabemos que también está enfrentando una dura crisis, pero en busca de salidas que pasan, como aquí, por reformas. El Mercosur es muy importante, y tenemos que avanzar en entendimientos que amplíen nuestros acuerdos para tener un comercio más libre y global. Es crucial, respetando las soberanías de los países, aproximar las fronteras”.