Planearon viajar a Rusia para octavos y esperan ‘un milagro’
Hinchas soñaban con ver al equipo avanzar en el Mundial. Pero la derrota con Croacia los hizo temblar. Algunos van igual, otros ya devolvieron los pasajes.
La victoria nigeriana de ayer sobre Islandia permitió un halo de esperanza para los hinchas argentinos que desean ver avanzar a la Selección en la Copa del Mundo. Sin embargo, la derrota del jueves frente a Croacia fue un trago amargo para todos, pero especialmente para aquellos que tenían planificado viajar a Rusia a partir de la semana próxima, y vivir el Mundial en la próxima etapa.
Ellos presumían llegar a esa instancia con facilidad, pero ahora dependen de otros resultados, en medio de un escenario complicado, devaluación mediante, aunque las agencias de viajes que vendieron los paquetes al Mundial aseguran que no recibieron consultas masivas por devoluciones y que los tours fueron vendidos “al menos con 90 días de anticipación”. “Quienes compraron sus paquetes los armaron a medida. Quienes viajan a octavos y en adelante tie- nen sus entradas, alojamiento y traslados desde hace más de tres meses, porque la demanda era muy alta y todo se ocupaba rápido”, explica Horacio Canavesi, gerente comercial corporativo de Avantrip.
Algunos viajarán igual, con la certeza de que Argentina logrará estar entre los 32 mejores, aunque hay otros que piensan modificar su itinerario mundialista y cambiarlo por unas vacaciones europeas. También están los que, decepcionados, ya devolvieron todo.
“Hace casi dos años que planeo ir a Rusia y me salió todo 8 mil dólares (220 mil pesos)”, cuenta Nicolás Lauteri, que viajará mañana porque todavía cree “en un milagro”. “Cerré cosas con un dólar a 20 y otras a 28 pesos”, detalla sobre su preocupación en la cotización de la divisa extranjera y de otros gastos en los que quedó “pegado” por pagar con tarjeta de crédito.
“Dejo a mi mujer y mis tres hijos, uno de 8 meses. Es un esfuerzo inmenso y cuando veo a los jugadores me quiero matar”, cuenta el hombre, que vive en San Isidro y que irá a Rusia junto a su hermano y un amigo. “Para Brasil compré a partir de cuartos de final y se me dio de llegar a la final”, recuerda Lauteri, que en esta ocasión cree que le “salió todo mal”. Tiene entradas para el partido contra Nigeria y las siguientes instancias si Argentina se clasificaba primera, pero ya está negociando en grupos de WhatsApp del Mundial para revenderlas y conseguir otras por si el equipo logra pasar de la fase de grupos en segundo lugar.
Turistas todo terreno. Por otra parte, Fausto Guzmán y Eliana Juncos, una pareja de cordobeses, están en camino a Rusia desde el jueves y llegarán el lunes a San Petersburgo para el partido decisivo contra Nigeria. “No somos hinchas de los triunfos. Bancamos en las buenas y en las malas mucho más”, cuentan desde la terminal de ómnibus de su provincia sobre el viaje que tienen planificado desde hace seis meses y que les costó más de 150 mil pesos. Para los cordobeses, “la suba del dólar también fue dura”: “Las primeras entradas las pagamos con un dólar a 19 pesos, mientras que las últimas, a 26”, detalla sobre las localidades, que les costaron entre 490 y 1.190 dólares entre los dos.
Para abaratar costos, la última etapa del viaje se alojarán en las casas de diferentes rusos, a partir de Couchsourfing: una plataforma digital que conecta viajeros con anfitriones locales y la estadía es gratis.
Los cordobeses creen que la mala racha deportiva de Argentina podrá revertirse, pero “más allá de la cuestión futbolística me interesa conocer Rusia”, cuenta Guzmán. “Tenemos tickets para el museo Hermitage, la catedral San Basilio, el Kremlin y el Museo de Cosmonáutica”, detalla Juncos.
“Quienes compraron paquetes para octavos los tenían hace 90 días.”
Sin fe. “Compré los pasajes en noviembre, pero la economía viene muy mal. Venía especulando con los resultados, pero el último partido inclinó la balanza para que no viajemos”, cuenta Cristian Ocanto, un correntino que tenía planificado viajar a Rusia con su esposa y dos hijos, al igual que en el Mundial de Brasil. “Teníamos reservados hotel y traslados, pero el mismo jueves devolví todo”, detalla.