Título original: Jurassic World: fallen kingdom Dirección: Juan Antonio Bayona Intérpretes: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Rafe Spall, Toby Jones, Jeff Goldblum, James Cronwell, Geraldine Chaplin y Daniella Pineda Origen: España, Estados Unidos (2018)
Con la erupción del volcán de la isla Nublar, a 193 millas al oeste de Costa Rica, paraíso de los dinosaurios, estos parecen estar a punto de llegar a su fin. El Congreso de los Estados Unidos se niega a darles protección como a otras criaturas en peligro y solo un multimillonario se preocupará por aportarles un nuevo hábitat, pero el traslado de las 11 especies elegidas no será fácil. Con diversos intereses en juego, las distintas variedades de dinos clonados experimentan una etapa de incertidumbre.
Tal vez ni Spielberg se hubiera imaginado, en el 93, cuando rescató del olvido a los dinos, que estos podían subastarse. Lo concreto es que eso sucede en esta saga que le permitió al catalán Juan Antonio Bayona, elegido por el mismo Spielberg, ingresar por la puerta grande a Hollywood.
Bayona ya había demostrado su sensible sagacidad para apoderarse de universos fantásticos y tan espesos como oscuros con El orfanato y acá se adueña de la franquicia, para darle un respetuoso nuevo giro a la saga, aunque apelando a breves momentos lacrimógenos como para complacer al maestro de Tiburón.
Con un guión al que se le puede pedir poco, Bayona desplegó su artillería, mezcla de acción, romanticismo y algo de barroco aterrador, para otorgarle una potencia dramática y hasta emotiva a los dinos, los que a pesar de su ferocidad despiertan empatía en los humanos. Una de sus escenas lo ilustra muy bien, cuando la cámara observa a uno de los monstruos que es devorado por la pesada lava del volcán.
Lo cierto es que la franquicia ya no parece tener mucho que ofrecer y a partir de esta entrega, pone en primer plano que en el presente los humanos deberán aprender a convivir con estos bichos de patas largas y feroces mandíbulas. Y algunos como Blue, un ejemplar muy codiciado para experimentos genéticos, con una inteligencia bastante entrenada por el etólogo Owen Grady, que en la piel de Chris Pratt vuelve a sorprender con su papel –como lo hizo en la anterior de 2015, de la que la actual es una secuela–, él que si tuviera un poco más de cinismo, podría decirse que es un aprendiz de Indiana Jones. Junto a él también está de regreso Bryce Dallas Howard, experimentando otras vertientes emocionales. Y se rescató la figura de Jeff Goldblum del primer film.