Cotidiana cercanía de lo siniestro de mirar el dolor
Dramaturgia y dirección: Javier Daulte Elenco: Matías Broglia, Federico Buso, Silvia Gómez Giusto y Carla Scatarelli Vestuario: Jam Monti Escenografía: Julieta Kompel Diseño de luces: Sebastián Francia Video: Franco Gabriel Verdoia Asistente de dirección:
Siniestra es el último espectáculo que lleva el sello de Javier Daulte. Continúa en cierta forma con sus propuestas estilo “gore”, aunque aquí parece haber reemplazado la ciencia ficción por una crítica al capitalismo. Este dramaturgo tiene la originalidad de alejarse de los lugares comunes que prevalecen en la car telera teatral porteña. Su propuesta es la búsqueda de poder comprar lo ya perdido, todo gira alrededor de una agencia que propone que los familiares –por ejemplo– puedan reencontrarse con un ser querido ya fallecido. Con este planteo dispara para mostrar las miserias humanas, los vínculos familiares y demostrar una vez más que con mucha imaginación y pocos recursos técnicos se pueden crear ficciones distintas.
Daulte autor confía en sí mismo como director y ahora sería imposible separar a uno de otro, lo mismo sucede con la elección de su elenco. Entrecr uza intérpretes de más experiencia (Federico Buso y Silvia Gómez Giusto) con otros con menor trayectoria (Matías Broglia y Carla Scatarelli). A todos los expone a un ámbito muy pequeño donde no hay casi objetos, por lo cual sus cuerpos están mucho más exhibidos que en otros escenarios. El vestuario de Jam Monti, la escenografía de Julieta Kompel y el diseño de luces de Sebastián Francia entregan aportes fundamentales al espectáculo, cada uno con su propio lenguaje.
Dividido en tres momentos, Siniestra obliga a que los espectadores armen este rompecabezas. Aunque el público esté sentado, no es una propuesta tradicional donde el inicio, nudo y desenlace lleven la influencia aristotélica, tan imperante a través de los siglos en Occidente.
¿Qué estaría dispuesto a hacer para reencontrarse con un ser querido fallecido? ¿Buscaría cambiar alguna circunstancia de su vida? Estos y otros interrogantes se disparan, son provocadores, inquietantes y son llevados al espacio escénico de manera sencilla, casi minimalista, donde todo está puesto en las actuaciones y en las palabras. Daulte en su teatro no es el mismo de la avenida Corrientes, aquí se permite investigar y probar distintas formas y arg umentos, pero sig ue siendo el excelente director de actores en las dos orillas. Siniestra no tiene secuencias ni de sangre, ni de violencia que puedan molestar, porque lo tétrico está sustentado en lo posible y cercano. Aquí Daulte teatraliza en cierta forma el significado de lo “siniestro” según Freud, lo que no es casual sabiendo los estudios de psicología que el dramaturgo/ director siguió. Invitación a una teatralidad distinta y provocativa.