El clima muestra algunos rasgos de normalidad pero sin mucha certeza
Según el informe climático que elabora el ingeniero Eduardo Sierra, el clima tiende a estabilizarse aunque conserva riesgos de inestabilidad.
Ciencia compleja de entender la estadística. O al menos no apta para aquéllos que quieren definiciones claras y contudentes. No hay blancos y negros con las previsiones del clima, sino sólo lecturas sobre el movimiento de las corrientes frías y cálidad en los océanos, entre otros temas, que interpretan los especialistas en climatología para armar previsiones s obre qué esperar. Así, aparece el clima como uno de los factores en la producción agropecuaria que no sólo no se puede controlar, sino muy pocas veces predecir, sino apenas interpretar y pronosticar. Esta semana se dieron a conocer las previsiones del ingeniero agrónomo Eduardo Sierra, que elabora para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El informe arroja un poco de tranquilidad a los productores (y, por añadidura a su socio, el gobierno Nacional). Según Sierra en el otoño de 2018 el escenario climático evolucionó hacia un estado cercano a lo normal en sus valores medios, pero con rasgos de inestabilidad. “el enfriamiento del Océano Pacífico ecuatorial disminuyó considerablemente, asumiendo un estado neutral levemente frío. Paralelamente, el Océano Atlántico Sur se calentó debido al avance hacia el sur de la corriente marina cálida del Brasil, mientras la corriente marina fría de Malvinas retrocedió hasta casi desaparecer. Este proceso fue potenciado por la descarga de aguas calientes, procedentes de la alta cuenca de los grandes ríos Paraná y Uruguay, que vierten su caudal en el río de La Plata. De mantenerse esta combinación de factores, la campaña 2018/2019 podría desarrollarse en un escenario climático mucho más cercano a lo normal que el registrado durante la campaña precedente”. En el mismo informe Sierra destaca que la lluvias mantendrían su promedio histórico “aunque con una marcha más irregular”. De igual modo se comportarían las temperaturas “con numerosas entradas de aire polar que se continuarían hasta la primavera”. Sin embargo no serían lo suficientemente intensas como para “causar daños de consideración”.
Para este invierno en que todavía se están implantando los cultivos de fina “los vientos del trópico causarán períodos templado/cálidos de cierta duración y aportarán humedad para la producción de precipitaciones algo superiores a la media estacional”. Paralelamente aclaran que no serían graves. Para la primavera, lapso en que llegue la siembra del maíz y la soja, “la circulación tropical se reactivará vigorosamente, superando su nivel medio, y aportando calor y humedad a gran parte del área agrícola”. El informe alerta que en la Región del Chaco y el norte de la Mesopotamia, cabrá esperar precipitaciones muy abundantes y tormentas severas.
Mas allá de las lecturas y aunque la tendencia climática es, en general, positiva, Sierra deja en claro que “su rumbo aún no se encuentra firme, y podría sufrir ajustes positivos o negativos”.
“El fenómeno de La Niña no se disipó sino que micró hacia el Hemisferio Norte”.