Triaca convocó a la CGT para llevar calma
El titular de Trabajo recibió a la cúpula sindical. Hablaron de la situación económica y de los efectos del Cuadernogate. Preocupación por la situación del empleo en este semestre.
La cúpula de la CGT mantuvo ayer una reunión en la quinta de Olivos donde la preocupación por la economía, la situación del empleo y los posibles efectos del Cuadernogate en la obra pública estuvieron en la agenda. Fue el primer encuentro formal desde el paro de la central peronista, el pasado 25 de junio. Unos días atrás, ya se había realizado un encuentro reservado en la sede del gremio UPCN, pero diversas fuentes confirmaron que la reunión de ayer no estaba en agenda previamente y fue definida con poco tiempo, por un pedido del Gobierno.
El oficialismo estuvo representado por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el secretario Mario Quintana. Más tarde se sumaron también el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario Fernando de Andreis. Por el cegetismo, participó la denominada “mesa chica”: Héctor Daer, Carlos Acuña, Roberto Fernández, Omar Maturano, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y Armando Cavalieri. El triunviro Juan Carlos Schmid no asistió por- que está en Rosario.
Fuentes del Gobierno informaron que fue una reunión “de análisis y de trabajo” sobre la situación económica donde también se abordó la situación de diversos sectores, entre ellos el de la obra pública, que está hoy en medio de un vendaval judicial. También explicaron a los gremialistas las medidas que buscan impulsar para atenuar el impacto social de los nubarrones económicos, que no parecen despejarse aún.
Según pudo reconstruir PERFIL, los funcionarios reconocieron –en un tono hasta ahora desconocido– que hay una fuerte preocupación por la situación económica y social pero asumieron el compromiso de trabajar para mantener el nivel de empleo. No se habló de una ley antidespidos, pero sí se buscarán mecanismos de coordinación y monitoreo que también incluirán al sector empresarial. También describieron los planes del Ministerio de Producción, pero insistieron en su objetivo de reducir la inflación y el déficit, en un contexto recesivo.
Además, se presentaron inquietudes sobre el posible efecto del escándalo desatado por los cuadernos en los proyectos de obra pública, vitales para mantener el empleo en sectores que ya están golpeados, como los trabajadores de la construcción. Uno de los representantes del Gobierno explicó que lo que ocurra con los empresarios involucrados no deberá necesariamente afectar la situación de las empresas que representan y aseguraron que se mantendrán los proyectos en curso.
En la mesa chica de la central hay mucha preocupación por la situación. Quieren evitar que sectores duros, en especial el moyanismo, los arrastren a una escalada, y por ahora solo habilitaron que cada gremio desarrolle las protestas sectoriales que considere necesarias.
El próximo 29 de agosto habrá un plenario de secretarios generales donde se definirá la estrategia a seguir. Desde sus redes sociales, Schmid anticipó el encuentro e indicó: “Sabemos que muchos sindicatos han pedido la reapertura y las cláusulas de revisión de sus paritarias, temas que también hablaremos en el encuentro”.