Dudan que el aborto termine despenalizado este año
Cuando no terminan de dispersarse las cenizas en el Senado por el triunfo del No a la legalización del aborto, el Congreso se alista para un nuevo capítulo sobre el tema a partir del anuncio del Gobierno de incluir su despenalización en la próxima reforma del Código Penal. Sin embargo, ni el oficialismo ni la oposición tienen en claro cómo se hará efectivo –el anteproyecto que elaboró la comisión de juristas no lo contempla– o cuándo entrará en vigor, aunque difícilmente sea este año.
El nuevo código deberá sortear posibles modificaciones en diversos artículos propuestos antes de ser aprobado de manera integral. Para colmo, asoma una agenda legislativa complicada con la próxima irrupción del Presupuesto 2019 en el debate. Por si no bastara, este año incluirá los ajustes que el Gobierno pretende para cumplir con el Fondo Monetario Internacional, lo que anticipa una batalla aparte.
Donde hay coincidencia entre las diversas fuerzas consultadas es en un consenso mucho mayor en torno a la despenalización, pese a que en casi todos los bloques –también en Cambiemos– subsistirá una minoría talibana dispuesta a resistirla. Al no requerir más que un voto por mayoría simple, no debería resultar un problema.
Lo que puede alterar mucho el panorama es si el Ejecutivo se ocupa de incluir la despenalización por su cuenta antes del 21 de agosto o si delega el cambio en el Congreso. En lo que respecta a la comisión de juristas, sus miembros consideran que su labor concluyó en junio luego de un arduo proceso de año y medio de reuniones y negociaciones entre corrientes antagónicas. Por lo bajo, ven poco probable que el Gobierno asuma la responsabilidad en sus manos, aunque fuentes del Ministerio de Justicia aseguraron ayer que aún lo evalúan.
Si el proyecto ingresa por Diputados o el Senado, se topará con juegos de mayorías distintas, cuyos acuerdos son indispensables. En la Cámara baja, por caso, el Frente Renovador lo estudiará bajo la lente de su propia agenda en el tema. Hasta ayer, sus referentes no habían accedido a la letra definitiva pese a haber participado de varias sesiones de la comisión. Una situación similar se da en el Peronismo Federal. El kirchnerismo, en cambio, solo participó de una cita “poco útil” por la nula receptividad a sus propuestas, y ya vislumbra que se topará con un código de impronta radicalmente distinta a su pensamiento.