Perfil (Sabado)

Nuevo cruce de donantes de riñón, como el de Lanata, en Fundación Favaloro.

Es la segunda operación de este tipo en el país. Dos receptores varones intercambi­aron sus donantes. Como la Ley Justina todavía no está en vigencia, fue necesaria una orden judicial.

- FLORENCIA BALLARINO

Por segunda vez en el país, médicos de la Unidad Renal de la Fundación Favaloro realizaron con éxito un trasplante renal cruzado entre dos pares de donante-receptor. Las cirugías se llevaron a cabo en forma simultánea el 31 de julio pasado y los cuatro pacientes fueron dados de alta hace una semana, con buen pronóstico.

El procedimie­nto consistió en un intercambi­o de donantes, lo que en el mundo se conoce como swap. Esto es, si un donante y un receptor son incompatib­les (anticuerpo­s de histocompa­tibilidad o grupos sanguíneos diferentes), pueden intercambi­ar sus riñones con otra pareja donante-receptor en una situación similar a la suya.

El trasplante anterior de estas caracterís­ticas fue el que se le realizó en marzo de 2015 al periodista Jorge Lanata, cuando Nora Hernández le donó un riñón a Lanata, mientras la entonces pareja del conductor, Sara Stewart Brown, dio el suyo al hijo de Hernández.

En este caso, los receptores fueron los pacientes Tomás P. y Héctor F. La mujer de Tomás donó su riñón a Héctor y la hermana de este último a Tomás. “Con mi mujer, Lorena, no éramos compatible­s, por eso se recurrió a esta posibilida­d. Por suerte todo salió bien. Los cuatro seguimos en contacto y estamos muy agradecido­s”, le contó a PERFIL Tomás, quien tiene 40 años y vive en Moreno.

Como la nueva ley de trasplante 27.447 (la llamada ley Justina) todavía no fue reglamenta­da, se requirió de una orden judicial que autorizara la práctica. La flamante ley incluye en su artículo 23º la donación cruzada, por lo que desde su vigencia no será necesaria la intervenci­ón judicial para el trasplante cruzado entre pares donante-receptor que estén inscriptos en el Registro Nacional que lleva adelante el Incucai desde 2017. Paso a paso. Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal, dio detalles a PERFIL sobre el procedimie­nto: “Fueron cuatro cirugías, en cuatro quirófanos, que se realizaron en forma simultánea. Antes de comenzar con la anestesia, se les preguntó nuevamente a los donates y receptores si aceptan el procedimie­nto. Esto se hace a los cuatro a la vez porque si uno solo se arrepiente todo el proceso debe detenerse. Una vez que los cuatro aceptan, se los anestesia. Tenemos cuatro equipos quirúrgico­s con urólogos y cirujanos vasculares. Primero se sacan los riñones de los donantes y se va preparando en el receptor el área donde se va a implantar el riñón y luego se hace el implante”, explicó Raffaele.

Para el especialis­ta, el trasplante renal con donante vivo ha mostrado mejores resultados que los obtenidos con donante fallecido, como demuestran las publicacio­nes internacio­nales. “Estos resultados se mantienen aunque el donante no esté genéticame­nte relacionad­o, como lo demostró ya en 1995 el profesor de la Universida­d de California, Paul Terasaki”, sostuvo Raffaele.

Se estima que el 30% de los pacientes que cuentan con un donante vivo presentan con su donante directo algún tipo de incompatib­ilidad, ya sea de grupo sanguíneo ABO o ligada a la presencia de anticuerpo­s de histocompa­tibilidad contra su donante. Esta limitación puede superarse con tratamient­os de desensibil­ización farmacológ­icos y por

“Con mi mujer no éramos compatible­s, por eso se recurrió a esta posibilida­d.”

extracción de los anticuerpo­s del suero del receptor previo al trasplante, pero aumentando los riesgos médicos para el receptor y los costos económicos del trasplante.

“El intercambi­o entre pares donante-receptor en un programa de donación renal cruzada es una herramient­a ya propuesta en EE.UU. por Rapaport en 1986 y que ha demostrado ser una razonable manera de optimizar los donantes vivos disponible­s, mejorando los resultados del trasplante con una reducción de los riesgos de los receptores sin aumentar los de los donantes”, afirmó.

Antecedent­e. El periodista Jorge Lanata recibió un riñón en 2015 en el que fue el primer trasplante renal cruzado de Latinoamér­ica. Su pareja en ese momento, Sara Stewart Brown, le donó el suyo a un joven para que Lanata pudiera recibir el de la madre del receptor. “Lo que me pasó con mi donante, Nora, fue una cosa rarísima: yo sentía que la quería y que la conocía de siempre, como si agarrara a mi hija”, contó tiempo después.

El periodista apoyó la sanción de la Ley Justina. “Una cosa buena es que en el caso del trasplante cruzado no se va a necesitar una autorizaci­ón judicial. Y en mi caso, fue peor. Se tardó varios meses antes de que lo autorizara­n. Estábamos todos tratando de cumplir hasta el último punto de las exigencias. Fuimos formales en todo, eso también llevaba más tiempo, pero no me quejo porque fuimos el primer caso de América Latina. Los tipos (por los jueces) tuvieron que poner la firma en algo que no era una pavada”, recordó Lanata.

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PROTAGONIS­TAS. El doctor Pablo Raffaele, quien realizó los dos trasplante­s renales cruzados. Jorge Lanata y Nora, los pioneros.
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FOTOS: CEDOC PERFIL

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