Perfil (Sabado)

BIENVENIDO A CASA

- LEANDRO GINOBILI*

De chiquito Manu era un pibe sumamente hiperkinét­ico y molesto, como todo hermano menor. Si bien ahora que somos grandes los cinco años de diferencia que le lleva Sebastián, nuestro hermano del medio, y los siete que le llevo yo no se notan, cuando él tenía 5 años sí era una gran diferencia. El quería estar en todo, y nosotros lo corríamos y lo echábamos porque era muy chiquitito. Ahora el que nos echa es él.

Aunque en nuestra familia se respira el básquet como en muy pocas otras, ni teniendo la mejor bola de cristal nos hubiéramos imaginado el lugar a donde llegó. Siempre fuimos fanáticos y enfermos del básquet, nos emocionába­mos viendo cómo jugaba y ganaba partidos Michael Jordan, el gran ídolo de los tres, y ver que a los 20 años Manu hacía esas mismas genialidad­es en las canchas era algo impensado en nuestra infancia.

Lo más importante que rescato de Manu, más allá de los tremendos logros deportivos que consiguió, es que mantiene la misma humildad y esa hiperkines­is, tal vez un poco menos en lo físico pero muy fuerte en lo intelectua­l, que lo lleva a querer seguir aprendiend­o cosas, a preguntar las que no sabe, a investigar y a seguir mejorando. Segurament­e en esta nueva etapa tendrá que encontrar la motivación que le dé ganas de hacer algo nuevo cada día y cada vez mejor porque es un eterno perfeccion­ista.

Me enteré de su decisión apenas una hora antes de que él lo comunicara oficialmen­te, y si bien por un lado sentí una gran tristeza, por otro lado me puse muy contento porque sabía que iba a recuperar a un hermano que ahora no va a tener excusas para visitarnos más seguido o invitarnos a su casa sin problemas de horarios ni exigencias. Lo único que me preocupa es que de ahora en más cuando quiera ir a ver un partido de los Spurs voy a tener que pagar la entrada. Eso no se lo voy a perdonar nunca.

Le deseo que sea muy feliz en esta nueva vida que va a emprender junto a su familia. No veo la hora de que llegue el día en que nos veamos, para estrecharl­o en un abrazo, mirarlo a la cara y decirle simplement­e: bienvenido a casa, Manu, acá está tu hermano mayor que siempre te bancó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina