Perfil (Sabado)

Alertan por la falta de trabajo y por posibles hechos de violencia

El padre Pepe Di Paola señala que “hay mayor demanda de cosas elementale­s”. Reclaman más asistencia del Gobierno.

- AURELIO TOMAS

El impacto de la crisis actual en los barrios es fuente de preocupaci­ón para diversos sectores. Además de motivar un plan de lucha de los mov imientos sociales, con el foco puesto en el hambre, también genera preocupaci­ón entre referentes barriales sin activismo político. La baja de las changas, el aumento en los precios de los alimentos y el temor a las acciones que incitan a la violencia están entre las principale­s preocupaci­ones.

El padre José “Pepe” Di Paola es uno de los curas con más trabajo en villas porteñas; desde su perspectiv­a, “hay mayor demanda de parte de la gente de distintas cosas elementale­s como alimentaci­ón y medicament­os, y lo que más me llama la atención es la pérdida de trabajo de hombres y de jóvenes, empleados hasta hace poco”. En varios casos, indica el párroco de la Capilla del Milagro, en José León Suárez, “los más jóvenes empiezan a acompañar a sus padres a cartonear”, algo que evidencia “el retroceso económico y social” que se vivió en los últimos meses.

Di Paola vivió la crisis de 2001 como párroco en Barracas; en aquel momento, recuerda que “la Iglesia fue la que llevó adelante el proceso de subsistenc­ia” porque no existían entonces “esos resortes que se crearon después, como los planes sociales o la contención que hacen los movimiento­s sociales”. En su caso, no ha recibido noticias sobre intentos de saqueos o mensajes que los promuevan. “En el barrio nuestro no lo vi”, explica.

“Me llegaron mensajes por WhatsApp y también el boca en boca”, explica en contraste Pedro Aguilar, referente barrial de Voluntad Joven, una organizaci­ón civil que trabaja en el barrio El Talita de González Catán. Coincide, en cambio, en la apreciació­n sobre una creciente pérdida de empleos precarios: “Hay un gran porcentaje de personas que trabajaban en el sector informal; ahora bajó la demanda de estos trabajos y para muchas familias era el único ingreso; por eso ahora las que ponen el pecho son las mujeres, porque las mamás son las únicas que pueden sacar adelante esto”, explica.

Según cuenta Aguilar, en 2015 decidieron trabajar con los gobiernos nacional y provincial a pesar de que su distrito es muy peronista. “Tenemos que trabajar con el municipio, la provincia, el gobierno nacional y los privados para ayudar a los chicos”, cuenta el dirigente y recuerda que “menos lindo” le “dijeron de todo” por esta decisión.

Hoy, pide un refuerzo de la asistencia alimentari­a, al indicar que en el comedor que su organizaci­ón gestiona la demanda pasó de 80 personas el año pasado a más de 180 en la actualidad. “Hay mucha gente más en los comedores, los que alquilaban están en situación de calle, muchas personas que no tienen trabajo hoy vienen a buscar a las asociacion­es y las iglesias”, agrega.

Para Aguilar, los problemas que se viven en su barrio son “una realidad que no tiene que ver con este gobierno, viene desde hace treinta años”. Sin embargo, apela a las autoridade­s para que den una “respuesta rápida” a la situación. En particular, pide que se amplíe la asistencia a los comedores para que llegue la ayuda a los que más necesitan.

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