LA POLITICA COMO SHOW POCHOCLERO
A.M.
—En 2017 estuvieron en Buenos Aires haciendo Cinelandia. ¿Cómo perciben la Ciudad, el país, entre el año pasado y este?
A: La Ciudad está mucho más angustiada. Siempre hubo grandes momentos de conmoción, pero ahora se instaló la angustia. La gente te relata que fue desposeída de algo. Pero no quiero que esto se anecdotice y se vuelva banal. Hay que ir a buscar el fondo de las cosas.
R: Voy fluctuando. También se están haciendo muchas cosas en la Ciudad. Ayer pasé por Constitución, toda iluminada; están sacando los andamios del [ Teatro] Cer vantes… Hay algo que se construye y lugares de gran destrucción. Nápoles tiene el volcán en el pie; nosotros vivimos adentro del volcán. Después de 1955, todos los períodos fueron de ebullición, de
ruptura. Es como la ciudad de la furia. —¿Cómo analizan las imágenes en situaciones políticas, en Cámaras de Senadores, de Diputados, en allanamientos?
A: Es un tipo de espectáculo pochoclero, como las películas masivas. Los actores quedamos como unos pobres gesticuladores, frente a esa increíble exaltación de la teatralización de la política. Pero eso no es arte. Toda esa gente está encarnando una angustia: cada uno gesticula como puede y trata de sobrevivir, esconder o revelar cosas. En el fondo, es un gran desconcierto. Hay una au-sencia total de sinceridad. Nadie habla de verdad. Cuando tienen que articular un pensamiento, ya ahí no tienen medios. No están acostumbrados a pensar, están acostumbrados a chumbar.
R: Son todos malos actores.