BIEN BAJO TIERRA
A 20 minutos de la ciudad, una inmensa cueva bate récords. Es un laberinto cuesta abajo y solo inspira miedo y silencio. Hay seis mil más en la región.
No hay mucha publicidad para atraer a los turistas a una de las mayores cuevas del mundo. En las montañas situadas a unos 20 minutos de Trieste, cerca de la localidad de Sgonico, una pequeña señal indica el camino para llegar a pie a la Grotta Gigante. Y tampoco se puede ver la cueva, porque está bajo tierra. La gran sala de la cueva tiene un volumen de 600.000 m3. Su punto más alto se encuentra a 107 metros. Tiene 65 metros de ancho y 130 metros de largo. Con estas dimensiones, la Grotta Gigante entró en 1995 en el Libro Guiness de
los récords como la cueva más grande en el mundo a la que pueden acceder turistas. Es difícil imaginarse sus dimensiones. Para tener una idea hay que bajar. “¡No hagan fotos durante el descenso!”, advierte la guía, Federica Papi. Las escaleras son empinadas. Quien mire a la pantalla de la cámara puede resbalarse. Todos están callados cuando entran. Incluso los alumnos de una escuela italiana enmudecen, como si hubiesen entrado por la puerta que da acceso a un mundo desconocido. Varias luces iluminan los escalones y las paredes, cuya superficie parece estar formada por cientos de capas de cera. “El cerebro no puede captar la dimensión”, dice Papi. Mucha gente subestima la profundidad. Hay que descender 500 escalones para llegar al punto más bajo. Muchos tienen miedo, porque el ambiente en la cueva es un poco tenebroso. “Lo que ven aquí es la obra de la naturaleza”, dice Papi, de 40 años, que explica a los visitantes la historia del lugar, que se formó hace diez millones de años. Sin embargo, la cueva no fue descubierta hasta 1840, cuando en las montañas cársticas se buscaban nuevas fuentes de agua para Trieste. La exploración comenzó en 1890. Desde 1908, la Grotta Gigante es accesible para turistas. La cueva es una de las más de 6 mil grutas que existen en la región de Friul-Venecia Julia, que cuenta con el mayor número de cavernas de Italia. La mayor estalagmita, que se llama Ruggero, tiene una altura de 12 metros y tardó 150 mil años en formarse. El tiempo en la gruta parece haberse parado. Desde hace millones de años, la temperatura es la misma. No hay ni viento ni lluvia, solo las luces, la escalera y los cubos de basura que instalaron los humanos. *Deutsche Presse Agentur.