Un moyanista logró la paritaria más alta hasta ahora: 42,8 %
“En la CGT es difícil establecer cualquier estrategia, desde las paritarias hasta un plan de lucha”
Juan Pablo Brey es un sindicalista que no cuadra con el estereotipo. El secretario general el gremio de Aeronavegantes desde 2013 tiene 42 años y es fanático del surf y el boxeo. Llegó al mundo gremial de la mano de la familia Moyano y desde la Juventud Sindical desplazó a la dirección del sindicato, muy vinculado por entonces al kirchnerismo. Esta semana, su sindicato sorprendió con la primera paritaria que se ajustó a las proyecciones de inflación del Gobierno, al firmar un acuerdo del 42,8%.
—Logró la primera paritaria que se ajusta a la inflación, pero fue solo con una empresa… —Sí, firmamos un 42,8% con American Airlines, por- que nuestro gremio negocia paritarias por empresa y cada una vence en un mes distinto. Pero el resto está en línea con esos números. En el caso de Aerolíneas Argentinas, que vence en septiembre, habíamos firmado el año pasado entre el 24 y el 28%, dependiendo de la categoría, pero por la cláusula gatillo va a estar por encima del 30.
—¿Qué debe hacer la CGT para lograr que los salarios no queden tan atrás de la inflación?
—En la CGT se hace difícil establecer cualquier estrategia, desde las paritarias hasta definir si tenemos que hacer un plan de lucha. Es muy complejo lo que está pasando: hace dos años, fuimos a un proceso de unidad que no termina resultando. Hoy hay muchos gremios que están por afuera de la central, también hay compañeros que creen que la conducción está agotada, por eso se hace muy difícil trabajar en ese contexto. Estamos todos los sindicatos de acuerdo con combatir las políticas de este gobierno, pero no estamos de acuerdo en el cómo. El movimiento obrero está pasando por un momento muy complicado. Al que se suman los ataques que reciben de parte del Gobierno. —¿Cree que el Gobierno busca dividir a los gremios?
—Sí, creo que hay una estrategia para dividir. Pero, más que nada, hay una estrategia para desprestigiar. Los ataques que recibimos los dirigentes y las instituciones son más fuertes que las maniobras para dividir.
—Hugo Moyano fue el padrino de su carrera sindical. ¿Cómo vivió la salida de Camioneros de la CGT?
—Me desconcertó, más allá de que sabía que Hugo no estaba contento con este intento de unidad y con la conducción de la CGT. Nuestro gremio sigue en la CGT pero sigo en permanente contacto con Hugo, soy amigo de Facundo, y Hugo Moyano hijo es nuestro abogado. La relación es permanente.
—Hubo una cumbre la semana pasada de los ex CGT Azopardo. ¿Les pidió que se vayan de la CGT?
—Hugo nunca te dice lo que tenés que hacer. El conduce con gestos y con hechos. La reunión se generó porque junto con otros dirigentes nos acercamos a preguntarle por qué se había ido. Se pudo hablar sin pelos en la lengua. El explicó a todos por qué había decidido irse. Varios compañeros necesitaban escucharlo y otros expresar su opinión.
—¿Cómo es dirigir la juventud en un sector donde el promedio de edad de los dirigentes está entre los 60 y 70 años? ¿Hace falta un recambio? —
Tengo 42 años, no soy tan joven, pero me convencieron de tomar la Secretaría de Juventud y dirigir la CGT porque me dijeron: “Al lado nuestro sos un pibe”. Creo que la renovación es importante, pero el trasvasamiento generacional, como decía Perón, tiene que ser ordenado. La experiencia de los más grandes es muy valiosa pero también hace falta la fuerza de la juventud. Hay muchos compañeros jóvenes que están ganando protagonismo, pero donde no hay un trasvasamiento ordenado pasa lo que pasó en este gremio o lo que está ocurriendo en Comercio.