Premiaron las investigaciones en ciencia más absurdas y bizarras
Cada año un grupo de cómicos elige los “papers” más extraños y disparatados y los homenajea con una gran ceremonia hilarante.
Con una multitud de científicos y estudiantes, una catarata de chistes aplausos y lluvia de avioncitos de papel de papel se realizó una nueva edición, la 28°, de uno de los premios científicos más esperados del año: el Ig Nobel.
Este –a diferencia de su casi homónimo y famoso– no otorga dinero ni medallas sino un particular prestigio: homenajea a investigadores que hicieron ciencia y experimentos serios y reales. Pero absolutamente bizarros.
La ceremonia, que se realiza en un auditorio de la Universidad de Harvard, destacó algunas de las ideas y logros científicos serios que salieron publicados en forma de papers en revistas científicas internacionales, pero cuyos resultados o métodos son absolutamente hilarantes.
La selección de casos la realiza el equipo de una revista humorística: Anales de Investigaciones Improbables.
El premio más llamativo fue el de la Categoría “Educación Médica” que ganó el médico japonés Akira Horiuchi. Este subió al escenario para ejemplificar, en parte, su trabajo: detallar cómo se realizó una colonoscopia a sí mismo, en posición supina y la comparó con las hechas en posición de manera tradicional.
Otro destacado fue el “Ig Nobel de Literatura” por un trabajo en el que un grupo de expertos documentaron concienzudamente que la enorme mayoría de la gente que compra o usa un producto nuevo no se detiene a leer el manual de instrucciones que lo acompaña. Y eso pese a los conse- jos del folleto.
En “Medicina”, el galardón fue para un grupo de expertos que documentó las evidencias sobre si subirse y andar en el carrito de una montaña rusa ayuda, o no, a expulsar los cálculos de los riñones. Y sí, “andar en ciertas montañas rusas parece acelerar la expulsión de las piedras”. ¿Quién lo diría?
En el campo del “Ig Nobel de la Paz”, el premio fue para investigadores españoles de la Universidad de Valencia que
midieron la frecuencia, la motivación y los efectos de gritar e insultar al conducir un automóvil en situaciones de tráfico. El estudio, publicado en la revista Journal of Sociology and Anthro
polog y, comprobó que el 26% de los conductores encuestados reconoce que en algunas ocasiones grita o insulta al volante. Mientras que un 66% dice AP no gritar casi nunca mientras conduce y el 7% lo hace mucho o casi siempre.
El premio“Ig Nobel de Nutrición” fue para un investigador inglés que comparó el aporte calórico de una dieta hecha en base a carne humana con el valor aportado por la carne de otros animales, en una investigación dedicada a analizar la lógica de las prácticas canibalísticas de nuestros ancestros de la era paleolítica. También se llevó su premio en “Medicina Reproductiva” un equipo de la Universidad de Oregón que diseñó un sistema de estampillas que se pegaban en el pene de pacientes con diagnostico de impotencia para verificar si tenían erecciones nocturnas sin darse cuenta.
El evento cerró con aplausos y la frase que los motiva: “son estudios científicos que primero te hacen reír y luego pensar”.