El financiamiento es crucial para que el modelo asociativo siga creciendo
En el 1º Congreso de Cooperativismo Agroindustrial referentes locales y del mundo mostraron por qué el asociativismo es la mejor receta para tener sociedades justas.
“Queremos una mayor producción en el país pero con productores” Sergio Busso.
Sumar para multiplicar fue una de las grandes enseñanzas que dejó esta semana el 1º Congreso Internacional de Cooperativismo Agroindustrial. Sumar miradas, trabajo, fuerza productiva, experiencia, valores y talento ha sido una respuesta superadora que encontraron muchos representates de las cooperativas que contaron su experiencia durante el encuentro organizado por Coninagro en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Por caso valen ejemplos como el de Fecovita, con 29 cooperativas asociadas y 5000 productores, a quienes brinda servicios de cosecha, les vende insumos a tasa 0 e incluso busca mejorar el precio de la uva, llegando en algunos años a pagarle un 35% extra del precio que cobraron los que estaban por fuera de la cooperativa. “Sin embargo no alcanza”, dijo Eduardo Sancho, su presidente. “Los productores siguen teniendo la idea de que la cooperativa crece más de lo que crecen ellos”, aseguró. Y el problema sigue siendo el crédito. “Tenemos que darle financiamiento en un momento en que cambia mucho el campo y necesita tecnología para ser competitivo”, agregó Sancho. Por eso Fecovita inició una primera etapa de créditos a las cooperativas pero ahora busca extenderla a los productores. “Otorgaremos financiamiento a 10 años para infraestructura y a 5 para compra de maquinarias. La garantía es de Fecovita en dólares al Banco Nación y el productor pagará con uva, porque sin financiamiento a largo plazo el productor se queda”, agregó.
Y en esto de los números, los que lo tienen muy claro son los integrantes de la Corporación Mondragón. María Arantza Laskurain que viajó especialmente para el encuentro dijo: “Nos interesa la creación de empleo y riqueza que se distribuya en forma solidaria en la sociedad. Nuestras cooperativas tienen que ser rentables, solventes, competitivas y ganar dinero. No queremos cooperativas que no sean suficientemente sólidas”, destacó. Y en este plan de pragmatismo explicó que la gran apuesta de Mon- dragón es la educación y la formación de los integrantes. “Nacimos por iniciativa de un cura con la idea del acceso de todos a la educación, por eso en Mondragón existe la única universidad cooperativa. La educacion es una apuesta. Las personas formadas son mas libres. Hay que creer de verdad en la solidaridad. En Mondragón no hay persona que hayan estudiado en Boston. Saltamos del discurso bonito de la solidaridad, al pragmático”, destacó al explicar que una parte importante de la ganancia - puede llegar a ser hasta el 40%- se pone en común para ayudar a cooperativas en dificultades y a nuevas aventuras empresariales”. Mondragón hoy trabaja en el ámbito de la industria, fabricando desde ascensores, nanotecnología, maquinarias, herramientas y muchos otros rubros. Son 266 empresas, 84 cooperativas, 143 filiales y tiene presencia en los 5 continentes. Gran parte de su éxito se basa en el financiamiento para sus asociados, que son también dueños de las cooperativas. Laskurain puso mucho énfasis en la cultura de trabajo como eje aglutinante de Mondragón y la equidad. “Entre el presidente de la cooperativa y el que menos gana hay sólo 6 sueldos de diferencia, algo impensado para una empresa. No queremos personas ricas, queremos sociedades ricas. La idea fundamental es sumar para multiplicar”, destacó