¿Cómo afectan los cambios forzados en la dieta alimentaria?
Es necesario que el Estado regule la implementación del etiquetado frontal de los alimentos para que indiquen la cantidad de grasas, sales y azúcares que contienen
Un informe de 2017 de la Organización Panamericana de la Salud indicó que casi la mitad de la población de toda América Latina y el Caribe padece problemas de sobrepeso. En tanto, en la última reunión llevada a cabo en el Congreso de la Nación, de la que participaron la OPS, Unicef y altos funcionarios del Gobierno y la oposición, el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, señaló que “en A rgentina un 60% de la población adulta tiene sobrepeso y obesidad”, al igual que “el 40% de los niños, y eso está creciendo aceleradamente”.
La antropóloga especialista en alimentación e investigadora de la UBA, Gloria Sanmartino, explicó que el sobrepeso y la obesidad son una realidad creciente en todos los sectores de la sociedad, pero golpea con más fuerza entre los más humildes. “Esto se enmarca en un contexto internacional donde se observa cómo el aumento de la venta de alimentos ultraprocesados –como los snacks, las galletitas y las bebidas azucaradas– incide en el aumento de las tasas de obesidad y son relativamente baratos. Los alimentos frescos, como las frutas y verduras, son muchas veces los más caros y su costo aumenta fuera de las épocas estacionales”, explicó.
Siguiendo esta lógica, Sanmartino dijo que “hay una asociación entre obesidad, sobrepeso y pobreza”. “Esto está vinculado con el aumento de las enfermedades no transmisibles; como la diabetes, el cáncer o los problemas cardiovasculares; que representan la principal causa de muerte a nivel mundial”, advirtió. Solución. La antropóloga señaló que para lograr un adecuado acceso a los alimentos de mejor calidad nutricional (frutas, verduras, carnes y lácteos, entre otros) “es muy importante la implementación de políticas públicas que regulen los precios de la comida, los costos de los servicios públicos y la mejora en las condiciones de trabajo de la agricultura familiar, que es de donde proceden gran parte de las verduras”.
Finalmente, re salta la necesidad de que el Estado regule la implementación del etiquetado frontal de alimentos para que indiquen las cantidades de grasas, sales y azúcares que contienen. Es importante señalar que en países como Chile y Uruguay los sellos de advertencias permiten informar rápidamente a los consumidores el exceso de nutrientes críticos.