La simbiosis entre las personas y los robots, cada vez más cerca
La idea de una simbiosis entre el hombre y las computadoras sigue generando cierto temor y resistencia. Lo cierto es que no somos conscientes de que la integración entre ambos ya es algo del presente y, además, avanza en complejidad y potencialidades a pasos agigantados. Este fue uno de los debates que atrapó la atención de buena parte de las 1.500 personas que asistieron esta semana al XVI Congreso Ciiti, organizado por la Facultad de Tecnología de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
“¿Cuán cerca estamos de crear un nuevo ser, una simbiosis del hombre con máquinas inteligentes?”, fue la pregunta que disparó Gonzalo Zabala, director del Centro de Robótica Autónoma de la UAI. Y mostró la contradicción que hay entre la percepción de las personas sobre los avances tecnológicos y la realidad.
“Si hacemos una encuesta sobre el futuro de la tecnología el 75% de la gente dice que no aceptaría la inserción de un chip bajo la piel que facilite su geolocalización en forma remota. Pero el 90% de las personas admite llevar su celular en el bolsillo durante todo el día. Y cualquier smartphone es fácil de geolocalizar”, explicó Zavala.
Por otra parte, el experto deta l ló ejemplos que muestran cómo la tecnología informática ya se está “incorporando” al cuerpo de las personas para potenciarlo, tal como pasaba con la fantasiosa serie de los 70
La mujer biónica: “Hoy te- nemos avances en materia de implantes cocleares inteligentes que les permiten escuchar a personas que nacieron sordas. Y ya se implantan los primeros corazones artificiales que no laten, porque no tienen contracciones sino que impulsan la sangre con bombas eléctricas. Existen también neuroestimuladores para el Parkinson y marcapasos manejados a control remoto”.
Otro ejemplo que utilizó Zabala para demostrar una extendida –pero poco conocida– forma de integración entre el hombre y la inteligencia artificial son los Captcha. “Cada vez que entramos a un sitio de internet debemos resolver un Captcha (tipeando letras o los números de un imagen) lo que se logra es combinar inteligencia “humana” con el trabajo de un algoritmo. Eso permitió, por ejemplo, mejorar la calidad de los mapas que usamos a diario en nuestros GPS”.
Software.
Cuando uno piensa en un robot normalmente imagina una gran masa metálica con brazos y sensores. “Sin embargo hay una creciente categoría de robots hechos puramente de software y algoritmos, pero que realizan acciones con consecuencias reales muy concretas: son los robots financieros”, reflexionó Juan Pablo Braña, investigador del Centro de Altos Estudios en Tecnología de la UAI. Este experto aseguró que “ya hay robots analizando enormes cantidades de datos no estructurados en tiempo real, buscando tendencias y patrones que permitan llegar a decisiones de compra y venta de bonos o acciones sin supervisión de los traders humanos.
Finalmente, Zabala llamó la atención sobre el próximo gran dilema que deberá enfrentar esta integración del hombre y la máquina: “Las computadoras deberán tomar decisiones morales. Se ve, por ejemplo, en los vehículos autónomos sin conductor que, ante una situación de seguro accidente, deberán decidir en microsegundos qué camino elegir para causar el mal menor”.