Perfil (Sabado)

China endurece el tono en la guerra comercial

- FACUNDO F. BARRIO*

El segundo round de la guerra comercial entre Estados Unidos y China largó esta semana y el gobierno chino subió al ring con una actitud más agresiva que en el primero. El canciller Wang Yi afirmó ayer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que “China no será chantajead­a ni se someterá a las presiones”. Poco antes, Wang había advertido contra la “mentalidad de Guerra Fría” del gobierno de Donald Trump.

La Casa Blanca impuso el pasado lunes nuevos gravámenes del 10% a productos chinos por un valor de 200 mil millones de dólares, luego de un primer paquete de impuestos de 50 mil millones de dólares que había lanzado en junio, y al que China había respondido con una medida del mismo calibre. Esta vez, Beijing reaccionó con aranceles por 60 mil millones de dólares.

Estados Unidos tiene un déficit comercial con China de 376 mil millones de dólares anuales que resulta inaceptabl­e para Trump. El presidente estadounid­ense asegura además que el país asiático incurre en prácticas comerciale­s desleales. China, en cambio, sostiene que Estados Unidos desató la guerra comercial como medio para evitar su ascenso como potencia global.

Antes de su discurso ante la ONU, Wang había declarado en Nueva York que “China y los Estados Unidos pueden competir, pero no pueden manejarse con una mentalidad de Guerra Fría”. Lo había hecho luego de mantener un encuentro personal con Henry Kissinger, ex secretario de Estado estadounid­ense y artífice del histórico deshielo entre Beijing y Washington durante la administra­ción de Richard Nixon.

El gobierno de Xi Jinping ya asume como realidad marco que Estados Unidos considera a China como rival estratégic­o y se prepara para afrontar el “cambio estructura­l” que eso provocará en la relación, según la definición de los propios funcionari­os chinos.

En las últimas semanas, Beijing no sólo endureció el tono sino que además dio señales de que está dispuesto a jugar más fuerte. El gobierno chino anunció el miércoles que eliminará aranceles sobre importacio­nes no estadounid­enses para reducir el impacto del conflicto comercial sobre los consumidor­es chinos. La medida podría ser un incentivo adicional para que se reduzcan las compras en este país de bienes de EE.UU.

Aún queda por ver si China jugará o no la carta de la depreciaci­ón del yuan, que mejoraría la competitiv­idad de sus exportacio­nes pero podría generarle inestabili­dad financiera. El gobierno chino asegura que no utilizará el tipo de cambio como arma en el conflicto con Estados Unidos. Sin embargo, observador­es y analistas locales especulan con una devaluació­n de hasta un 10% en los próximos meses.

Las negociacio­nes entre ambas partes están hoy paralizada­s y nadie cree que vayan a retomarse seriamente hasta, al menos, después de las elecciones legislativ­as de noviembre en Estados Unidos. Al conflicto comercial se suman, además, tensiones crecientes por razones de orden militar y geoestraté­gico. Esta semana, por ejemplo, China advirtió sobre los “daños graves” a la relación que podría provocar la reciente venta de armas a Taiwán por parte del gobierno de Trump. *Desde Beijing.

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AP ENFATICO. El canciller Yi disparó contra Trump en la ONU.
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