Oscar Ojea aseguró que trabaja para evitar casos de abuso y encubrimiento en la Iglesia. Pero advirtió que es un problema cultural que afecta a todas las clases sociales. También respondió por primera vez a la ola de rechazos que produjo la campaña de la Iglesia contra el aborto: “Tenemos mucha paz”, asegura.
—¿Qué hace la Iglesia argentina para evitar casos de abuso como pasó en Estados Unidos?
—El tema de los abusos ha sido verdaderamente un flagelo, pensamos que es fruto de un tremendo autoritarismo, y del avasallamiento de una persona hacia otra. Es realmente una calamidad, que ha producido un dolor enorme en el corazón de la Iglesia. Estamos haciendo protocolos en las diócesis y en los colegios. Aún sufriendo mucho por estas situaciones que se han dado en nuestro cuerpo eclesial, pensamos que el abuso es un problema social enorme.
—La participación de la Iglesia en el debate sobre el aborto generó rechazo de muchos sectores. ¿Cómo lo evalúa?
—En ese sentido tenemos mucha paz. Pensamos que hemos respondido al debate con altura, con serenidad. No le puedo decir que no nos haya sorprendido, después del debate, esta reacción pero lo tomamos como un verdadero desafío pastoral.