EL SUEÑO DEL MILLON EN AMERICA LATINA
El empresario Kevin O’Leary explica cómo se relaciona Shark Tank con el sueño americano, según él, aplicable a todo el mundo. —¿Cómo se inserta “Shark Tank” dentro de la realidad de países latinoamericanos? —El sueño de ser un emprendedor es el mismo en todos los países del mundo, ya sea en Canadá, Nueva Zelanda, Sudamérica, China: hay un empresario que, en su adolescencia o en sus veinte años, quiere comenzar un negocio. Por eso el formato del programa es tan popular en todo el mundo. En Canadá estuvo por 14 años; en Inglaterra va a cumplir 16 años. —¿El programa parece decir que cualquiera puede tener éxito? —Venir de una familia adinerada no te ayuda como emprendedor; al mercado no le importa. El mercado decide sobre las ideas de las personas y su capacidad para ejecutarlas. De eso se trata el gran sueño americano y Shark Tank lo celebra. Puedes ser muy pobre, venir de un lugar muy malo y aun así, tener un gran éxito en Estados Unidos. Los chicos de entre 9 y 18 años ven Shark Tank, porque quieren perseguir un sueño. Las personas que se muestran en el programa se convirtieron en millonarios y multimillonarios: lo consiguieron ellos, no se les dio dinero, dirigían negocios; lo hicieron ellos mismos. —¿Por qué los tiburones no piden un currículum a los emprendedores? —Porque no nos importa. Queremos saber cuál es la idea, si es buena o mala. No me importa quién era tu mejor amigo en la escuela secundaria o en dónde vives... Quiero saber si puedes ejecutar una buena idea.