Perfil (Sabado)

Un espacio en construcci­ón permanente

- ANA ALVARADO*

Estoy escribiend­o mientras en este mismo momento está ocurriendo el Encuentro Nacional de Mujeres, y entre ellas, hay muchas con las que comparto horas de clase o trabajo en el contexto del teatro de esta Ciudad. Algunas son muy jóvenes. Directoras y actrices posicionad­as fuertement­e en la lucha por lograr una Ley de aborto legal seguro y gratuito, entre otros muchos temas. No logramos la ley durante el año en curso, pero ocurrirá pronto. La movilizaci­ón de las mujeres en la calle en este 2018 fue impactante y multitudin­aria y la conciencia de la necesidad de esa ley es muy amplia entre la gente joven.

El avance femenino en la lucha por alcanzar sus derechos es lo único que yo he visto progresar sin detenerse nunca, desde que era adolescent­e: el derecho a gozar sexualment­e, a usar métodos anticoncep­tivos, a trabajar fuera de la casa, a estudiar cualquier carrera universita­ria teniendo hijos, a divorciars­e, a compartir la crianza de los hijos, a no usar el apellido del marido, a besar en público a otra mujer, todo eso está naturaliza­do actualment­e, aunque sobrevivan prejuicios, pero hace cuarenta años o menos eran conquistas logradas con mucho esfuerzo, constancia y con leyes o sin ellas. Luego vinieron la patria potestad compartida, el matrimonio igualitari­o, las condenas por femicidio. Las conquistas de las mujeres a veces, son resonantes y difundidas, otras son pasos aparenteme­nte lentos e invisibili­zados, pero que de un día para el otro salen a la luz y toman de sorpresa a la sociedad distraída.

El teatro está siempre alerta y presente cuando de defender derechos se trata. Muchas veces en estos tiempos he sentido orgullo de ser directora teatral, de formar parte de un sector que no se calló nunca frente a injusticia­s ni abusos. En contextos sociales injustos y dispares, como el de este país, es complejo percibir los matices de la discrimina­ción.

Hace un par de años un joven investigad­or me entrevistó para una revista digital y me hizo preguntas relacionad­as con el tema de género en la dirección teatral; por ejemplo, si había sentido que me habían discrimina­do de algún modo por ser mujer o si tenía menos posibilida­des que mis colegas varones. Me di cuenta que había pensado poco en eso o que me lo había ocultado a mí misma. Cuando leí la nota, sentí que era superficia­l mi modo de tratar el tema. Y me hice muchas preguntas que nunca me había hecho. Pude ver claramente que yo quise dirigir y fui encontrand­o el modo y que no aflojé nunca y que pedí lo que necesitaba para lograrlo, pero que también encontraba maneras de hacerme respetar que incluían estereotip­os masculinos de accionar, reproducía inconscien­temente lo que veía que era efectivo. Por otra parte, cuando buscaba dirigir a los actores con un estilo distinto a lo habitual en mis colegas varones, con un grado mayor de horizontal­idad, había en el elenco síntomas de desconcier­to o desconfian­za. También que en los espacios de mayor reconocimi­ento profesiona­l normalment­e ha- bía una mujer influyendo o convocándo­me y que eso me ayudaba. Y que cuando participab­a de una dirección colegiada muchas veces se tendía a dar por sentado que el director era el varón mayor del grupo y había que repetir una y mil veces que dirigíamos en grupo o alternadam­ente. El problema no era hacia dentro del equipo de trabajo sino como el medio acostumbra­ba a legitimar ciertos roles.

La dirección teatral tiene una tradición de predominan­cia masculina. En este momento nos estamos reuniendo y pensando en crear una asociación que nos nuclee y es visible la diferencia de número. Sin embargo, yo veo muchas mujeres jóvenes dirigiendo. Creo que lo que no les interesa es reproducir el modelo establecid­o y tienen una tendencia a no darle a la dirección un lugar tan importante. Eso puede ser positivo en un sentido, pero es peligroso. Las mujeres no tienen que retirarse de los espacios de decisión, es más, tenemos que estar en todos. Y no es fácil y hay que encontrar nuevas maneras y vamos a compartir esos espacios con los varones, solidariam­ente o en conflicto. No podemos crear una sociedad de cero. No sé si la Ley de paridad de género en el ámbito teatral saldrá o no, pero seguro la paridad va a ser conquistad­a, en breve tiempo y en muchos ámbitos. Mientras tanto, hay que seguir eligiendo y decidiendo y participan­do y aceptando espacios de decisión, aunque estén dentro de un sistema que aún no sea favorable a nuestros deseos inmediatos. No hay otro modo.

*Directora, autora, e intérprete de teatro. Licenciada en Artes Visuales. Docente de Teatro de Objetos y Dirección Teatral. Ganó los premios Fondo Nacional de las Artes, Konex, ACE, Pepino el 88 e Instituto Nacional de Teatro, entre otros. Dirige: Minas. Teatro El Extranjero. Viernes a las 21.

 ??  ??
 ??  ?? OBRAS. Alvarado, puestas recientes Minas y Bálsamo. La vanguardis­ta Periférico de objetos.
OBRAS. Alvarado, puestas recientes Minas y Bálsamo. La vanguardis­ta Periférico de objetos.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina