Militares y milicias esperan a la caravana en la frontera de EE.UU.
La caravana migrante que partió de Honduras avanzaba ayer por la costa mexicana del Pacífico con crecientes obstáculos por la negativa de algunos transportistas para ayudarlos en su periplo hacia Estados Unidos.
Los migrantes partieron a las tres de la mañana de la localidad de Pijijiapan hasta Arriaga, en Chiapas, por donde pasa el tren que por años muchos como ellos han tomado para llegar a Estados Unidos, conocido popularmente como “la Bestia”. El trayecto, de unos cien kilómetros, toma más de 15 horas a pie.
Ante el calor que se registra en la zona, muchos de los migrantes buscaban subirse a camiones de carga y otros vehículos para llegar a Arriaga, aunque tenían dificultades para lograrlo porque la policía pidió a los conductores que nos los lleven.
Advertencias. Indocumentados, los migrantes están dispuestos a llegar a Estados Unidos a pesar de las adver- tencias del presidente Donald Trump de que no se les permitirá el paso y de su decisión de reforzar la presencia militar en la frontera.
Ayer, el secretario de Defensa, Jim Mattis, aprobó el envío de tropas y asistencia militar a la frontera con México.
El Pentágono precisó que el refuerzo sería en asistencia logística e ingeniería, incluida la construcción de “barreras temporales, barricadas y cercas”, y no dio detalles sobre la cantidad de tropas que se enviarían, pero fuentes militares estimaron que unos 800 efectivos serían desplegados en la frontera.
Las nuevas tropas se sumarían a los aproximadamente 2.100 miembros de la Guardia Nacional que fueron desplegados en abril para apoyar las operaciones fronterizas y podrían provenir de múltiples bases militares del país.
También habría apoyo de aviación para transportar agentes fronterizos y asistencia médica a los equipos para que puedan “seleccionar, tratar y preparar el transporte en vuelos comerciales de pacientes”, agrega el comunicado.
Según la prensa estadounidense, la Casa Blanca estudia emitir un decreto que suspendería la posibilidad de que migrantes centroamericanos puedan entrar a Estados Unidos para hacer una solicitud de asilo.
Según la ONU, unas 7 mil personas integran la caravana, que necesitaría al menos un mes y medio para recorrer los 3 mil kilómetros que los separan de la frontera con Estados Unidos.
Allí, no solo los esperarán las tropas que el Pentágono enviará, sino también las “milicias” paramilitares y grupos de extrema derecha que anunciaron que están recaudando dinero para financiar el despliegue de voluntarios armados en las zonas fronterizas.