Público visitante, armas y expulsión de inmigrantes, ejes para cambiar la agenda
El Gobierno volvió a imponer temas que le dan mejores resultados que la economía. Ayer, el Presidente destacó el trabajo de policías y Bullrich reforzó la defensa a Chocobar.
En las últimas 48 horas, el Gobierno propuso endurecer la política migratoria, reivindicó la tenencia civil de armas y defendió la acción policial, incluso en casos investigados por posible gatillo fácil. Lo hizo con Mauricio Macri a la cabeza, más la asistencia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El Presidente a su vez sumó una iniciativa muy ajena a la temática económica del país: que el superclásico incorpore hinchas visitantes en las dos finales de la Copa Libertadores.
El jueves a la noche, Macri llamó por teléfono a Horacio Rodríguez Larreta. El Presidente le sugirió la posibilidad de que los partidos entre Boca y River se jueguen con público visitante. “Es una vidriera mundial”, argumentó. Si bien el alcalde al principio se resistió, se terminó imponiendo la idea presidencial. Macri contó con la ayuda de la ministra Bullrich, quien prometió la asistencia de fuerzas federales.
Ayer a la mañana, Bullrich recibió al ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, para definir detalles sobre el control policial. Acordaron que se permita la presencia de hasta 4 mil visitantes. “No es un capricho del Presidente, el que no arriesga no gana. Hay que animarse a dar pasos. Hicimos mucho para que no haya violencia en el fútbol”, afirmó Bullrich en América TV. La decisión final, no obstante, la tendrán los clubes.
Antes, Macri había tuiteado y declarado a radio La Red en favor de que las finales se concreten con público visitante. “Lo que vamos a vivir los argentinos en unas semanas es una final histórica. También una oportunidad de demostrar madurez y que estamos cambiando, que se puede jugar en paz. Le pedí a la ministra de Seguridad que trabaje con la Ciudad para que el público visitante pueda ir”, tuiteó ayer.
El jueves, Macri ya se había mostrado afín a la ideología de Bullrich. Desde Río Cuarto, sentado al lado de La Piba, retomó un asunto controversial: el de los extranjeros en la Argentina. “Que vengan a trabajar como hicieron nuestros abuelos y no algunos que vienen y le dan mucho trabajo a la ministra Bullrich”, opinó.
Lo hizo días después de que el oficialismo reclamara la expulsión, sin dar información precisa sobre los supuestos delitos cometidos, de cinco inmigrantes detenidos el día de la votación del Presupuesto. Vía decreto, Macri ya había endurecido las condiciones de migración. Pero ese DNU fue suspendido por algunos fallos y quedó en manos de la Corte Suprema.
También desde Córdoba, el jueves Bullrich planteó: “El que quiera estar armado que ande armado; el que no quiera andar armado, que no ande armado”. Si bien más tarde ella relativizaría esa sugerencia armamentista, la ministra volvió a reivindicar al policía Luis Chocobar. Procesado por exceso del cumplimiento de un deber, Chocobar irá a juicio por haber matado a un ladrón por la espalda. Para reforzar su postura, Bullrich se reunió con la policía Carla Céspedes, quien fue absuelta en un caso similar al de Chocobar.
El Presidente legitimó el mensaje. Ayer compartió acto con Bullrich, en el que reconoció el “coraje y dedicación” de la Policía Federal contra el narcotráfico y el crimen organizado. “Este es el camino”, concluyó Macri.
“No es un capricho del Presidente, el que no arriesga no gana”, dijo Bullrich