“Bolsonaro legitima una derecha nacionalista que parecía tabú”
El profesor de la Universidad de Pittsburgh advierte que puede
Aníbal Pérez-Liñán, profesor de la Universidad de Pittsburgh, es uno de los académicos de política comparada más reconocidos del mundo. En diálogo con PERFIL, analizó el triunfo en Brasil de Jair Bolsonaro, que, en su opinión, “legitima un modelo de derecha nacionalista que está muy de moda en el resto del mundo pero que en América Latina parecía tabú”.
—¿Con Bolsonaro, se refuerza o termina el presidencialismo de coalición en Brasil?
—El presidencialismo de coalición no se va a terminar con Bolsonaro, porque el Congreso va a seguir fragmentado. La pregunta es si los recursos vinculados a la corrupción seguirán estando, o si de algún
“Será clave si el PT se radicaliza o forma una se modera”
modo el Lava Jato cerró esa puerta. Y también si habrá otros recursos que eran más transparentes, como la distribución de ministerios a partidos aliados. Todo indica que Bolsonaro tendrá menos espacios para formar coaliciones en el Congreso porque reducirá el número de ministerios y no habrá proporcionalidad en el gabinete. Entregará toda la política económica a un superministro, con lo cual tendrá poco margen para utilizar el gasto público para hacer coaliciones. Puede tener un conflicto con el Congreso.
—¿Como Collor de Mello?— Hay una posibilidad real de que siga una trayectoria similar a Collor de Mello, que se aísle de la negociación política y termine en una situación de gran debilidad por incapacidad de formar coaliciones. Pero su estilo político es muy diferente. Collor tenía uno casi monárquico, imperial, se aislaba del día a día de la negociación con el Congreso. Bolsonaro parece el tipo de político que irá a la confrontación abierta con el Congre- so para intimidar a legisladores. Esta estrategia es más peligrosa para la democracia, pero más útil para los presidentes.
—¿Cómo hará para articular intereses de sectores tan distintos como los liberales, militares, evangélicos y ruralistas?
—Cada uno de esos grupos puede tener preferencias muy intensas en ciertos temas de políticas públicas pero ser muy indiferente en otros. Puede otorgar beneficios muy concentrados cuando las bancadas tengan preferencias intensas, con grandes costos para la sociedad.
—¿Qué pasará con el PT?
—Claramente salió muy debilitado de todo este proceso, pero sin embargo fue capaz de constituirse en la alternativa más votada después de Bolsonaro. Será clave si el liderazgo del PT se radicaliza para mantener la lealtad de cuadros históricos y se transforma en una alternativa más excluyente, o si apuesta a una estrategia de formar coaliciones amplias y modera su discurso, para constituirse en una opción viable en el futuro. Tendría que renovar definitivamente su liderazgo político y Lula dar un paso al costado.
—¿Qué implica que un militar llegue al poder por los votos y que lo haga reivindicando dictaduras militares?
—En algún sentido es parecido a Chávez, que todos sabían que era un militar golpista. Bolsonaro es similar porque sabemos que ha defendido posiciones autoritarias más explicitas que Chávez, aunque no haya participado de un golpe personalmente. Venezuela y Brasil nos muestran que cuando la opinión pública deja de respaldar a los partidos políticos más tradicionales está dispuesta a tomar actitudes riesgosas con la democracia para castigar a los partidos. Entonces pasamos de un voto castigo a un voto suicidio.