Trump aplicará nuevas y más severas sanciones contra Irán
Ignorando a sus aliados europeos, el presidente quiere aplicar con Teherán la misma “línea dura” que aplicó con Pyongyang.
Seis meses después de romper el acuerdo nuclear con Irán, Donald Trump restablecerá las sanciones contra Teherán, las más draconianas, en el marco de su campaña de “presión máxima”.
Un primer grupo de medidas, que habían sido levantadas tras el acuerdo, llamado Jcpoa, firmado en 2015 para que Teherán no desarrollara una bomba nuclear, ya habían sido reinstaladas en agosto.
El segundo bloque entrará en vigor el lunes, pese a la ola de protestas de dirigentes iraníes, China y Rusia, y aliados occidentales de Washington, como Francia, Alemania, Reino Unido y la UE.
Los occidentales prometieron proteger a las empresas europeas que hacen negocios “legítimos” con Teherán.
“Lamentamos profundamente la reimposición de sanciones por parte de Estados Unidos a raíz de su retiro del Plan de Acción Integral Conjunto”(Jcpoa), señala la declaración conjunta.
El acuerdo tenía como objetivo limitar las capacidades nucleares de Irán a cambio de un alivio de las sanciones.
Las nuevas medidas golpean a entidades o empresas extranjeras que continúen comprando petróleo iraní o relacionándose con los bancos de la República Islámica, impidiéndoles el acceso al mercado estadounidense.
Estas sanciones apuntan a los sectores de la energía, especialmente las exportaciones de petróleo iraní, que Washington quiere recortar, así como al sector bancario, a la construcción naval y al transporte marítimo, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo.
“Se trata del mismo plan de batalla aplicado a Kim Jong-un y Corea del Norte: sanciones, presión máxima, para que luego estén dis- puestos a negociar”, afirmó un diplomático europeo a la agencia AFP.
Washington no esconde su intención de reproducir esta estrategia que considera exitosa, pues el líder norcoreano se comprometió con la “desnuclearización” en una cumbre con Trump tras una escalada verbal y el reforzamiento de las sanciones internacionales. Doce condiciones. Trump ha dicho estar dispuesto a reunirse con los dirigentes iraníes, pero ha puesto doce condiciones para un “acuerdo global”.
Entre ellas figuran restricciones más firmes y durade- ras sobre el programa nuclear que las incluidas en el pacto de 2015, y el fin de la proliferación de misiles balísticos y de actividades “desestabilizadoras” de Teherán en países vecinos, como Siria, Yemen y Líbano.
Para obligarlo a plegarse a sus condiciones, Washington pretende imponer a Irán las sanciones “más fuertes de la historia”, pues se esperan nuevas medidas en breve.
“Eso es pensar en soluciones mágicas”, dijo A li Vaez, del International Crisis Group. “Pese a la presión económica, los iraníes han sido capaces de continuar apoyando a sus aliados regionales en los últimos cuarenta años”, tras la revolución islámica de 1979, dijo.
Y la situación ahora es diferente a cuando el gobierno de Barack Obama impuso, en 2012, las sanciones que serán restablecidas el lunes.
“No estamos en 2012, cuando el mundo estaba unido frente a las sanciones contra Irán”, explicó Barbara Slavin, del centro de reflexión Atlantic Council. “Esta vez, se trata de la administración Trump que intenta imponer al resto del mundo una política que la mayoría de países no quiere”.
Aunque las grandes empresas extranjeras han optado por abandonar Irán, el efecto de la prohibición de exportar el petróleo iraní, fuente clave de ingresos para Teherán, sigue siendo difícil de evaluar.
Francia, Alemania, Reino Unido y la UE criticaron la decisión de Washington