Ofrendas y flores en la celebración porteña por el Día de los Muertos
Sin dudas, el furor que este año despertó en todo el mundo –y el país– la película Coco hizo que ayer, el día en el que México celebra y recuerda a sus muertos con desfiles, altares y –sobre todo– mucho color tuviera más adeptos. Lo cierto es que, aunque no es la primera vez que se celebra “oficialmente”, la Ciudad de Buenos Aires tuvo ayer varios espacios en simultáneo donde los vecinos aprovecharon el fin de la semana laboral para salir a recorrer los distintos puestos que homenajearon, entre otras, a dos mujeres célebres de las artes mexicanas y argentinas: Carmen Mondra- gón y Alfonsina Storni, ambas poetisas y musas inspiradoras de distintos artistas a lo largo del siglo XX.
El gran altar dedicado a ambas mujeres fue organizado por la Embajada de México en Argentina y el Museo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco, que armaron un cro- nograma de actividades que comenzó ayer por la tarde pero continúa incluso hasta el próximo sábado, cuando participarán también de la Noche de los Museos.
La ofrenda está ubicada en el Palacio Noel, en el barrio de Retiro, y se puede visitar durante toda la semana. También hubo un desfile de catrinas –esqueletos– y shows musicales. Y en el Museo Sívori también hubo performances de ochenta artistas.
En San Telmo, por su parte, la calle fue la protagonista: en Humberto Primo al 300 cerraron el tránsito para instalar altares comunitarios, hubo música en vivo y talleres sobre gastronomía mexicana y andina, además de una feria artesanal y sorpresas para los visitantes.
En México, la muerte es considerada como parte del ciclo de la vida y, por lo tanto, celebrada desde tiempos prehispánicos. Por ejemplo, en la mitología azteca los difuntos debían atravesar un largo viaje antes de llegar al Mictlán, la región de los muertos.
Los elementos y rituales hacen del Día de los Muertos algo único. Familias crean altares en sus casas para ofrecerles a las almas de sus seres queridos sus comidas favoritas y otros objetos.