Tributo que solo brilla por su protagonista
Dirección: Bryan Singer Guión: Anthony McCarten Intérpretes: Rami Malek, Lucy Boynton, Mike Myers y Ben Hardy Origen: Reino Unido / Estados Unidos (2018) Duración: 134’
Qué hechizo ha hecho que el mundo se fanatice cuando un actor o actriz juegan a Halloween interpretando a una celebridad pop y/o histórica? ¿Es el factor Wikipedia (saber algo superficialmente para hablar de ello superficialmente en una reunión superficial) o es más perverso, más vinculado con nuestra obsesión con las celebridades? El biopic vuelve a atacar, con las armas sin filo. En este caso le toca a Freddie Mercury, el fallecido cantante líder de Queen, una de las bandas más histriónicas y felizmente exageradas de la historia del rock nacido en los años 70.
Queen posee una vida por fuera de su leyenda queer: varios de sus hits han rebozado momentos enormes de otros ambientes (su We Are The Champions sigue siendo un estandarte deportivo). Queen era teatral y Freddie Mercury era una bengala en cualquiera de sus épocas: brillaba incluso cuando se quemaba. Aquí Bryan Singer y Dexter Fletcher, director despedido y director suplente del despedido, crean una versión de la vida de la banda y, claro, de Mercury.
Cuando pasa por la estación “Grandes Exitos” de Queen, Bohemian Rhapsody encuentra en Rami Malek ( Mr. Robot) un espejo que tiene el mismo carisma sexual y trágico de Mercury en el escenario. Esa es su virtud y es una dudosa: hay más de Dr. Queen que de cine, hay más de épica tomada prestada que de poderío generado por usar el cine para mirar desde otro rincón a Mercury y su ajustada leyenda. Es cierto que la película tiene el visto bueno de los integrantes de Queen con vida, pero quizás la herejía y el melodrama le hubieran sentado mejor que el cuentito blando. Pero lo cierto es que se siente todo un poco más forzado y menos intenso de lo que quizás debería, o podría, ser. Hay confesiones usadas con motivos dramáticos que dejan en claro la necesidad de esa inyección de adrenalina. Es una película homenaje, una película tributo, pero es una que ha hecho del cine otra indumentaria más para una sesión carísima de cosplay y de Spotify.