“De chica era muy insegura”
La modelo y actriz protagoniza Cuerpos perfectos. Elogia a su marido, Nicolás Repetto, y está feliz por Toribio, el hijo de Juana.
En una de las salas del recuperado Teatro Tabarís, hoy denominado Multitabarís Comafi (Av. Corrientes 831) –propiedad del empresario Carlos Rottemberg–, de miércoles a domingos se ve Cuerpos perfectos, de Eve Ensler, la misma autora de Monólogos de la vagina. El elenco, Andrea Frigerio, Laura Oliva, Florencia Raggi y Soledad Silveyra, es dirigido por Manuel González Gil, e interpreta a varias mujeres que muestran sus conflictos con su físico, es decir, con sí mismas y, por tanto, con sus vínculos y con el mundo. Todo, en clave de humor, con algunos destellos de drama. Florencia Raggi comparte aquí las características de la propuesta y su experiencia personal onal sobre las exigencias as que se les aplican an a los cuerpos os de, funda- mentalmente, las mujeres.
—¿Qué personajes se ven en la a obra?
—Laura, Andrea y yo interpreterpretamos dos personajes cada una, dos mujeres distintas. Solita es como la autora de la obra, es como si personificara a Eve Ensler. Mis personajes son Nina y Dolores. Nina es una mujer que era muy varonera de pequeña; de golpe le empezaron a crecer los pechos muy grandes y esa apariencia la incomodaba porque provocaba una atracción fuerte en el sexo opuesto. Dolores es una supermodelo que se enamoró de su cirujano plástico; ambos creen que se puede alcanzar la perfección a través de la cirugía.
—Tu trayectoria comenzó en el mundo del modelaje. ¿Cómo es allí la relación con el propio cuerpo?
—Todas las mujeres, y los hombres también, tenemos una relación particular con nuestro cuerpo. Hay quienes lo viven con más naturalidad y con más amor, y otros no tanto. No tiene que ver con la forma de ese cuerpo, sino con la personalidad.
—¿Y cómo es tu historia personal?
—Yo era muy insegura cuando era muy chiquita. Era muy alta y muy flaca, salía de los cánones. El modelaje me trajo una seguridad desde afuera, porque mi apariencia gustó. Cre Creo que quise a mi cuer cuerpo y me hice dueña de él cuando fui m madre; el cuerpo me demostraba que estaba dando vida, algo tan extraordinario, tan profundo, tan visceral.
—¿Cómo ves a las nuevas generaciones en su relación con su cuerpo?
—Por lo que veo en mi hija y sus amigas, es algo que está evolucionando. No tienen que tener una medida exacta. Están más contentas con su cuerpo que lo que yo vivía en el micromundo del modelaje. Lo que se mama en la casa es lo más importante. Mi hija me ha visto que no estoy todo el tiempo pendiente de si me sale una arruga, si tengo un pelo de más, un kilo de menos o de más. La vida pasa por otro lado.
—¿Te sentiste o te sentís incluida dentro de un partido político?
—No, nunca. Ni ahora ni antes tuve la necesidad de expresarme partidariamente, porque no tengo un partido con el cual me sienta identificada. Me siento sin la necesidad de exponer públicamente mis opiniones políticas. Sí he apoyado a Teatro por la Identidad y sentí la necesidad de expresarme a favor de la ley de despenalización y legalización del aborto. No es que esté totalmente al margen, pero no hay ningún partido que me represente.
“Me siento sin la necesidad de exponer mis opiniones políticas.”