El invitado incómodo y fastidioso que marca el ritmo de la cumbre
El presidente de los Estados Unidos llegó a la Argentina el jueves por la noche rodeado por un dispositivo de seguridad muy fuerte. En su primer día de actividades, se mostró siempre pendiente de lo que ocurre en su país por la investigación de la injerencia rusa en las elecciones que lo llevaron a la primera magistratura. Marcó su estilo particular y dejó en offside al presidente anfitrión, su amigo Mauricio Macri, con algunos gestos que sorprendieron: llegó tarde a la Rosada, decidió faltar al “retiro” de los jefes de Estado y hasta lo dejó parado y en offside durante el saludo protocolar de bienvenida a la cumbre.
Además de su reunión bilateral con Macri, firmó el acuerdo de comercio con Canadá y México que reemplaza al Nafta y fue uno de los pro- tagonistas de la cumbre. Este había sido un tema central de su campaña y, tras la rúbrica tripartita del acuerdo junto a Justin Trudeau, premier canadiense, y Enrique Peña Nieto, presidente saliente de México, Trump celebró el acuerdo en Twitter: “Acabo de firmar uno de los más importantes y grandes acuerdos de comercio en la historia de los Estados Unidos. Los Estados Unidos, México y Canadá trabajaron muy bien para armar este gran documento. El terrible Nafta se ha ido. El Usmca” (iniciales en inglés del nuevo tratado) “será fantástico para todos”.
El mandatario norteamericano también usó esa red social para opinar sobre el tema más candente de agenda que hay en su país: las novedades sobre la investigación por la presunta injerencia rusa en las elecciones. Su ex abogado, Michael Cohen, confesó que había mentido ante el Congreso para encubrir información sobre los negocios inmobiliarios de Trump en Rusia. Esto motivó cataratas de mensajes en la red social. También parecería ser parte del “tiempo ejecutivo” –eufemismo que se usa para hablar del tiempo que ocupa en lo que no puede contar– que incluyó en su agenda y que motivó varias llegadas tarde.
El mandatario tuvo también tiempo para reuniones bilaterales con los mandatarios de Australia, Corea del Sur, Japón e India. En el caso de estos dos últimos países, fue un encuentro trilateral. Trump habló con el premier nipón, Shinzo Abe, y el mandatario indio, Narendra Modi, sobre la seguridad en la región. Son los dos países que flanquean a China, el tema central de su política exterior.
A sí como dedicó mucho tiempo a la agenda bilateral y el tema de la principal nación asiática, Trump eligió salirse de algunas de las obligaciones formales de la cumbre. Por un lado, solo saludó unos segundos a Macri y dejó parado al mandatario sin respetar el protocolo, que indica que debían tomarse medio minuto. Más importante fue su decisión de no ir al encuentro privado, sin asesores, de los mandatarios conocido como “retiro”. Le habrá tocado al presidente argentino explicar por qué no fue su “amigo”.