Perfil (Sabado)

Macri busca inversione­s en medio de la guerra entre las potencias

Aunque el Gobierno dice que no es el foco del G20, sondea líneas de crédito para rutas y gasoductos. Los ferrocarri­les, en la mira de los europeos. Reformas en agenda.

- PATRICIA VALLI

Ni con con dios ni con el diablo. Quién es quién queda a criterio del lector. En la cumbre del G20, Mauricio Macri es un equilibris­ta que busca, por un lado, aparecer como un mediador exitoso entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, y evitar una guerra comercial. Pero sobre todo intenta no generar diferencia­s que puedan afectar la constante caza de inversione­s en la que está inmersa la Argentina. Pasaron casi cuatro años de la campaña de 2015 en la que se prometía una lluvia de dólares. Por ahora sondea acuerdos por US$ 3000 millones.

“No queremos hacer diferencia entre los países. Estamos dispuestos a ayudar a todos los que quieran invertir en la Argentina”, se atajó el titular de la Agencia de Inversione­s, Juan Pablo Tripodi, cuando le preguntaro­n por las inversione­s chinas en el marco de la cumbre del G20.

El país hoy depende de los desembolso­s del Fondo Monetario Internacio­nal y en el corto plazo debe empezar a contar con dólares genuinos, ya sea por la vía comercial como a través de la inversión. El próximo año, de elecciones, podrían fugarse entre US$ 15 mil y US$ 20 mil millones según calcularon los economista­s y, si bien el déficit comercial está en baja, la cuenta corriente seguirá siendo deficitari­a.

El cierre del G20 no incluirá una megacifra de anuncios de inversión y tal vez por eso también desde el oficialism­o aclaran que “el G20 no es para atraer inversione­s”. Sin embargo, remarcan que “la Argentina es el centro del mundo por dos días”, y aunque el foco esté puesto en otros países y hasta en la Copa Libertador­es, igual buscarán acercar el interés de los países en sectores claves.

De gigantes. Rutas, ferrocarri­les, aeropuerto­s y energía dependen, casi en la misma magnitud, de las dos potencias. Y el comercio, de que no se desate una guerra de mercado entre los dos países. A ellos también se les suma Rusia, con poder de fuego en algunos sectores de industria pesada, como los trenes (el gigante TMH ya mantiene contactos), mientras que Europa puede definir también el futuro de los subtes y ahora (pelean firmas de Alemania y Francia), además, del puerto de Buenos Aires.

Tan solo en el área de transporte, Guillermo Dietrich esti- ma que hay inversione­s por US$ 1.000 millones que se cierran en las reuniones bilaterale­s que se realizan este fin de semana en Buenos Aires. “Estados Unidos y China son los principale­s países con los que se está cerrando financiami­ento”, dijo el funcionari­o a PERFIL.

Estados Unidos anunció un giro de US$ 800 millones a

través de una agencia de promoción de inversione­s en el exterior, la OPIC, que incluye el desarrollo de la Ruta 7, en el marco de un plan de más de US$ 3 mil millones. China hizo lo propio con la Ruta 5 y para trenes, de la mano del Banco de China. Los ferrocarri­les también atraen a Rusia.

Cuando se firmó el acuerdo con Estados Unidos, en el Palacio San Martín, el canciller Jorge Faurie no ocultó la avidez por los dólares de los socios del G20. “La inversión es esencial para la Argentina”, indicó.

Pendiente. “El costo de financiami­ento pone a la Argentina en desventaja. Los impuestos y la fuerza laboral también incrementa­n los costos”, dijo Tripodi al enumerar lo que falta. “En los próximos cinco años la reforma fiscal va a seguir su proceso. Y la reforma laboral es más difícil de lo que pensábamos”, admitió.

En el G20 hubo acuerdos por financiami­ento, con fondos del BID –para la represa de Salto Grande–, del BEI (Banco Europeo de Inversión) y del Banco Mundial, además de otros bilaterale­s, como Francia, que aportará más de 300 millones de euros para mejorar el control marítimo a través de las Agencias de Crédito para Exportació­n.

“Sin una condición estable de mercado es imposible conseguir financiami­ento e invertir. Necesitamo­s pensar en el largo plazo”, evaluó Andrés Gismondi, el director general de Vestas, del sector de energía renovable.

Mariano Bosch, presidente de Adecoagro, también hizo hincapié en esos puntos. “Me pone contento cuando escucho al presidente hablar de las reformas todo el tiempo. Es necesario tener un mercado abierto para contratar gente”, remarcó. Para Carlos Ormachea, presidente de Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, “hay una larga lista” de puntos pendientes. “Bajar costos y desarrolla­r el mercado”, resumió como prioridade­s.

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