TANZANIA MIA
La ciudad que es la puerta de ingreso al pico más alto del continente, el Kilimanjaro, solo vende productos propios, baratos y de calidad.
A un paso del Monte Kilimanjaro, Arusha no solo tiene parques que son Patrimonio de la Humanidad sino también productos de diseño, visita a cafetales y artesanías elaboradas por las mujeres de la tribu Masai.
La ciudad emergente de Arusha, en la región turística del norte de Tanzania, es punto de partida hacia varios destinos populares de safari y también hacia el punto más alto del continente africano, el monte Kilimanjaro. Aun si su estadía es reducida, no debería perderse algunos de los comercios que los locales disfrutan en el downtown, un área que en su mayor parte es de edificios bajos de cemento, por donde los vendedores ambulantes acechan con todo tipo de cosas, desde frutas y artesanías locales hasta juguetes. Estos establecimientos venden artículos exclusivamente producidos en este país de Africa Oriental y muestra otro aspecto del país. Shanga es una empresa para amantes del diseño, ya que vende artesanías hechas por ciudadanos con habilidades diferentes. El rango de propuestas va desde bebidas hasta copas de vino fabricadas con vidrios coloridos reciclados hasta estolas de algodón, carpetas de piso y objetos de metal. Desde US$ 1. Cuando los arushanos quieren comprar productos culinarios como maníes, castañas, miel, frutas secas, mangos, bananas, y condimentos como chai masala, clavo de olor y cúrcuma, van a Gohlic, un negocio sencillo en el segundo piso de un mall. Precios desde US$ 1. Cerca de un centenar de mujeres de la tribu masai, que viven en los alrededores de Arusha, realizan las joyas que se venden en Sidai Designs. Su punto fuerte es el trabajo con gemas de colores en pulseras y collares. Cada martes, las mismas mujeres se acercan al exterior del local y están presentes exhibiendo sus últimas confecciones. Desde US$ 15. Solo con ir al sur de la ciudad verá más allá del downtown verdes plantaciones de café a la distancia. Vale la pena un viaje a estos 1.200 acres de 1899 para conocer por qué los tanzanios se enorgullecen de la elevada calidad de su producción. Burka elabora cinco blends propios, y por US$ 35 por persona es posible hacer un tour por la plantación con degustaciones. Desde US$ 7. Beate Allard, un tanzanio con antepasados suizos, vende ropa y artículos decorativos para el hogar en su bungalow de 1952, adyacente a su restaurante mediterráneo, The Blue Heron. Encontrará candelabros, lámparas hechas con cuernos, telas tejidas a mano y banquetas de madera.