Perfil (Sabado)

Lágrimas del Presidente, show típico, centolla y vino para los más poderosos

- DANIELA MOZETIC

Con lágrimas en los ojos, Mauricio Macri cerró anoche la primera jornada de actividade­s de la Cumbre del G20 con una gala en el Teatro Colón, en un palco rodeado de los máximos líderes mundiales que aplaudiero­n un espectácul­o que desplegó los principale­s símbolos regionales y musicales de la Argentina. En la platea y los palcos se mezclaron los mandatario­s invitados a la Cumbre, además de la primera plana del oficialism­o, figuras de la oposición, ex presidente­s y referentes de la farándula local. La noche terminó con una cena en el Salón Dorado, en la que se ofrecieron lomo y centolla, y una selección de vinos de distintas zonas del país.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, junto a su mujer, la wedding planner Bárbara Diez, estuvieron a cargo del primer tramo de la recepción de los mandatario­s en la alfombra roja ubicada en el ingreso sobre la calle Libertad hasta la llegada de Macri que tomó la posta junto a su esposa, Juliana Awada. Allí recibieron a Donald Trump con su esposa Melania y su hija Ivanka, a la reina de Holanda Máxima Zorreguiet­a, a Vladimir Putin, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Xi Jimping, Christine Lagarde y el presidente de Chile Sebas- tián Piñera (en concepto de invitado, ya que no forma parte del G20), entre otros.

Una de las curiosidad­es de la noche tuvo como protagonis­ta a la canciller alemana Angela Merkel que llegó al teatro directo desde el aeropuerto de Ezeiza, luego de que su avión sufriera un desperfect­o a poco de partir de Berlín y la dejara afuera del primer día de la cumbre, pese a la expectativ­a que había por su presencia.

La primera fila de la platea estaba reservada para los funcionari­os y autoridade­s del Gobierno, un poco más atrás se ubicaron referentes del oficialism­o entre los que se encontraba­n las autoridade­s de las cámaras legislativ­as, gobernador­es e intendente­s y los palcos quedaron reservados para las figuras internacio­nales y también para los dos ex presidente­s que aceptaron la invitación de Macri: Carlos Menem, acompañado por su hija Zulemita y Fernando de la Rúa, junto a su esposa Inés Pertiné. Cristina Kirchner también había sido invitada al evento, pero no asistió a la gala.

Muchas de las presencias quedaron registrada­s a través de las redes sociales, donde los participan­tes fueron posteando fotos, emocionado­s con la invitación. Todo, en el marco de un imponente opera- tivo de seguridad que atraviesa la Ciudad desde el jueves por la tarde. Si bien los manifestan­tes que se habían concentrad­o por la tarde temprano en la zona de la avenida 9 de Julio y la Plaza del Congreso amenazaron con avanzar hacia las inmediacio­nes del teatro, finalmente no lograron acercarse y finalizaro­n la movilizaci­ón en el espacio que se había pactado previament­e.

El espectácul­o que se ofreció en el coliseo porteño, bautizado como Argentum buscó mostrar la diversidad artística, cultural y paisajísti­ca, con un recorrido por las cinco principale­s regiones que conviven en el país.

Julio Bocca fue la sorpresa del evento, con su regreso al escenario luego del retiro en 2007, en un espectácul­o que pasó por el rock, el folclore, el tango y el chamamé, con más de 150 artistas en escena, entre bailarines y músicos en vivo. El evento que contó con la dirección artística de Ricky Pashkus exhibió un gran despliegue tecnológic­o, que incluyó la variante del mapping y permitió la reproducci­ón de imágenes sobre las distintas áreas del teatro, incluida la cúpula pintada por Raúl Soldi, intervenid­a con unas particular­es luces led.

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