‘Mini Merkel’, la nueva líder de los conservadores alemanes
El partido conservador alemán CDU eligió ayer como su nueva líder a Annegret Kramp-Karrenbauer, una seguidora fiel de Angela Merkel, que entrega las riendas del partido tras 18 años de reinado.
La votación resultó muy ajustada y podría augurar futuras dificultades para este movimiento que ha dirigido la primera economía europea durante 50 de los últimos 70 años.
Kramp-Karrenbauer, actual número dos de la Unión Cristiano-Demócrata, se impuso con el 51,7% durante el congreso de Hamburgo, frente a un rival interno de Angela Merkel, Friederich Merz, que impulsaba un giro a la derecha respecto al rumbo centrista impuesto por la canciller.
Su elección abre las puertas de la cancillería a la considerada “Merkel bis”, o “Mini Merkel”, desconocida hace un año en Alemania, y aumenta también las posibilidades de que Angela Merkel pueda terminar su mandato de canciller en 2021, como pretende.
Kramp-Karrenbauer agradeció a sus dos adversarios, Friedrich Merz y el joven ministro de Sanidad, Jens Spahn, otro crítico de Merkel, eliminado en primera vuelta, “por una competición justa” y prometió trabajar con ellos en el futuro. AKK. Conocida como “AKK” por sus in icia les, K ra mp - Karrenabuer, madre de tres hijos, es una política de estilo sobrio y poco propensa a los grandes gestos. Comenzó su carrera política hace más de tres décadas como concejal en su pueblo natal, Püttlingen, en el suroeste del país, cerca de la frontera con Francia. En febrero fue convocada por Merkel como secretaria general y, por tanto, para convertirse en “número dos” de la CDU.
Trabaja desde hace años de forma estrecha con la canciller, con la que suele ser comparada por su estilo mesurado y analítico, así como por su tenacidad para imponer sus ideas. Nuevo impulso. AKK ha asumido en general la política cen- trista de Merkel, mientras que sus dos rivales internos abogaban por un giro a la derecha para recuperar a los electores que cambiaron su voto a favor de Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha que entró hace un año en el Parlamento alemán.
En su discurso, pidió mantener “el norte” y proteger los valores cristianos y democráticos del partido, y rechazó que se la considere una “mini Merkel”.
“La gente me considera una ‘mini’, una copia, un simple más de lo mismo, pero puedo decir que estoy aquí por mí misma”, declaró la política de 56 años.
La CDU necesita más que nunca un nuevo impulso. Ante la presión por derecha de AfD y de los Verdes por el centro, hoy solo obtendría entre el 26% y el 28% de los votos, según los sondeos, frente al 33 que tuvo en las legislativas de septiembre de 2017. Fin de una era. Merkel, apodada cariñosamente en el pasado “Mutti” (Mamá) por la prensa alemana, tuvo que renunciar al liderazgo de la CDU tras los resultados negativos de dos elecciones regionales, pero ayer defendió con firmeza su herencia política, a pesar de las críticas que recibe, especialmente sobre la cuestión de los migrantes.
Alemania aceptó abrir las puertas del país y acoger a más de un millón de sirios e iraquíes entre 2015 y 2016, una decisión cuyo efecto devasta- dor fue el ascenso del AfD.
“En estos momentos no deberíamos olvidar nuestros valores cristiano-demócratas”, advirtió ayer la canciller alemana.
Con 64 años, después de 13 años al frente de la principal potencia económica y política europea, Merkel puede formar un buen tándem con AKK hasta 2021, si el año que viene logra salir airosa de las elecciones europeas y regionales.