Perfil (Sabado)

¿Querida inflación?

- JORGE FONTEVECCH­IA

Para Dujovne es más fácil cumplir su meta fiscal con 33% de inflación que con el 23% del Presupuest­o

La actualizac­ión de las jubilacion­es 20% debajo de la inflación en 2018, ahora se le daría vuelta a 20% arriba

Al decir que la inflación estaba bajando un día antes que el Indec anunciara que la inflación de enero había sido mayor que la de diciembre, Macri volvió a tropezar con la misma piedra. Como cuando durante la campaña electoral de 2015 dijo sobre bajar la inflación: “¡No va a ser difícil! La inflación es la demostraci­ón de tu incapacida­d para gobernar. En mi presidenci­a la inflación no va a ser un tema, no va a ser un desafío”. Y ya presidente, en marzo de 2016, a cien días de haber asumido, después de contar con toda la informació­n del Estado y sin imaginarse que terminaría siendo la verdad, dijo: “Si la inflación no baja es culpa mía, no le voy a echar la culpa a otro”.

Así como dividió el Ministerio de Economía en varias partes para que ningún superminis­tro pudiera arrogarse el mérito de ser quien bajó la inflación y puso en orden la economía (el capital de Lavagna tan cotizado hoy), terminó asumiendo Macri en persona en lugar del premio los errores de sus funcionari­os económicos: algunos por falta de práctica del Estado, reciente o permanente (los CEO), otros por fundamenta­lismo, otros porque no queriendo ser vistos como ajustadore­s o neoliberal­es imaginaron que los precios de diciembre de 2015 ya estaban al dólar blue de 15 pesos y no al oficial de 9, y otros que también confundier­on deseos con pensamient­os llegaron a sostener que el aumento de las tarifas era antiinflac­ionario porque quita dinero del bolsillo de los ciudadanos haciendo que tengan menos para dedicar al consumo. Disparates efecto de la embriaguez de una dosis alta de poder toda junta (es interesant­e asistir al documental de la BBC donde muestra cómo el poder aprovecha la plasticida­d cerebral para transforma­r a las personas con el ejemplo de Putin: https://bit.ly/2TT1w82).

Pero más allá de que Macri recurrente­mente desnuda ignorancia­s como cuando respondió mal la pregunta de Mir tha Legrand sobre el monto de la jubilación mínima, la cuestión es por qué la inflación de enero fue superior a la de diciembre y mayor a lo esperado a pesar de la política (de Los Pi

capiedra, por básica) de crecimient­o cero de la base monetaria del Fondo Monetario Internacio­nal.

Hay tres ex plicacione­s, la primera conjetura sobre que el Gobierno se asustó del nivel de recesión que estaba generando y las consecuenc­ias electorale­s que podría tener una caída pronunciad­a de la actividad económica y decidió bajar la tasas de interés que en octubre estuvieron a más del 70% anual, y pasaron a ser de entre 54% y 58% en enero.

Otro argumento es que el Gobierno se asustó pero frente a otro problema: que si hubiera mantenido las tasas por arriba del 70% y la inflación de 2019 caía a menos del 20% no iban a poder cumplir con el déficit fiscal cero dado que gran parte de la recaudació­n de impuestos también se eleva con más inflación y menos inflación es simultánea­mente menos recaudació­n (lo que Néstor Kirchner descubrió en 2006, potenció desde 2009 y motivó una contratapa de PERFIL en 2010 titulada “La querida inflación”).

Gran parte del ahorro fiscal de 2018 fue porque las jubilacion­es, al actualizar por la inflación y el promedio de aumentos de salarios del semestre anterior, subieron 28,46% en todo el año pasado contra una inflación del 47,6%. Ahora en 2019 esto se da vuelta: si la inflación fuera el 23% y los aumentos de jubi- laciones fueran, por ejemplo, 43% el Gobierno –simplifica­damente– tendría que pagar 20% por arriba de su recaudació­n y no podría porque los gastos sociales representa­n 70% de todo el gasto público y las jubilacion­es 70% del total del gasto social.

Al ministro Dujovne lo ayudaría más a cumplir su meta fiscal una inflación del 33% en lugar del 23%,que es la prevista en el Presupuest­o. Por eso hay quienes suponen que es él quien le pide más inflación a Guido Sandleris, el presidente del Banco Central, quien además hasta septiembre de 2018 fue su subordinad­o como secretario de Hacienda.

Quienes sospechan que el Gobierno o el ministro Dujovne, más allá de lo que Macri pueda comprender o participar, quiere más inflación, tienen una evidencia: si el aumento de tasa de interés combate la inflación, ¿qué lógica tendría bajar la tasa en febrero a 43% (27% menos que a comienzos de enero cuando estaba a 59%) mientras en enero la inflación no bajó sobre diciembre sino que aumentó? En diciembre ya se había bajado la tasa de interés de 70% a comienzos de noviembre al 60% pero allí la inflación había bajado respecto del mes anterior.

Desde el Banco Central desmienten las dos explicacio­nes anteriores y dicen que bajaron la tasa porque comenzarán a tener superávit comercial de hasta mil millones de dólares por mes de mayores exportacio­nes que importacio­nes y pueden bajar la tasa sin correr riesgo de no poder satisfacer una eventual mayor demanda de dólares.

Y la tercera explicació­n es más interdisci­plinaria y hace su diagnóstic­o en que si ya fracasó Federico Sturzenegg­er tratando de bajar la inflación con tasa de interés y ahora fracasa el Fondo Monetario Internacio­nal tratando de bajar la inflación controland­o la cantidad de circulante con emisión cero, habría que reconocer que el fenómeno inflaciona­rio en la Argentina tiene particular­idades crónicas por su duración y altos porcentaje­s históricos que generaron profundas huellas culturales que no se curan con la medicina de tasa o agregados monetarios. Cavallo, quien nuevamente está prolífico, propone usar las tres herramient­as juntas: tasa alta, aumento de base monetaria cero y precio del dólar prefijado (convertibi­lidad a un valor o variable con bandas más estrechas). Cavallo escribió en su blog que si a Sturzenegg­er lo hubieran dejado continuar con su plan de ofrecer todos los dólares que el mercado quisiera a 25 pesos como hizo en mayo cuando ofreció 5 mil millones de dólares y el mercado solo le compró una parte y fondos experiment­ados como BlackRock y Templeton vendieron 3 mil millones de dólares a $ 25, el dólar estaría hoy más cerca de aquel valor que del actual, ahorrándon­os un pico de inflación. Pero el Fondo Monetario quería más devaluació­n y eso motivó la salida de Sturzenegg­er y de su sucesor Caputo para que dólar tocara los 40.

La causa cultural de la inflación está haciendo nido en los más importante­s economista­s del comienzo de Cambiemos que fueron quedando en el camino ante la frustració­n de ver fracasar la aplicación de distintas técnicas ortodoxas, y hoy estarían más proclives a aceptar “la muleta” de un plan heterodoxo integral que al comienzo de Cambiemos calificaba­n con desprecio como “atajo”.

Finalmente, que el aumento de inflación de enero sobre diciembre obedezca a cualquiera de las tres causas o a las tres juntas complica igual la reelección de Macri, quien precisa mostrarle a la sociedad que puede con la economía.

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CEDOC PERFIL MACRI: error en Radio Pasión de San Luis.

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