Uber debutó en la Bolsa con un derrumbe del 7%
Después de muchas idas y vuelta, Uber, la tan revolucionaria como polémica aplicación de transportes que compite con los taxis empezó a cotizar en la Bolsa de Estados Unidos. Y no le tocó un día fácil para salir a levantar capital en el parqué más importante del mundo: tras fijar sus acciones en US$ 45, una cifra más baja que la que se preveía, tampoco consiguió que el precio subiera en el transcurso de la jornada. De hecho, desde el inicio la cotización bajó, y terminó cerrando a US$ 41,6, 7,56% por debajo de la apertura.
La llegada de una compañía a la Bolsa, además de ser una vía de recaudación de fondos a través de la apertura del capital de la empresa a la inversión privada, es para muchas empresas tecnológicas de la nueva economía, un desafío de “graduación”. Deben abrir sus números, mostrar sus balances y convencer a los potenciales inversores de que tienen un modelo de negocios sostenible y rentable que propicie que alguien vuelque allí sus ahorros. Todas cuestiones que no están 100% seguras en Uber, de crecimiento tan veloz y disruptivo como polémico, y con costos potenciales por problemas regulatorios y legales que suscitan dudas.
Así y todo, Uber es la mayor colocación en la Bolsa de Nueva York desde el estreno del portal de comercio electrónico chino Alibaba, en 2014.
También es la salida más potente para una tecnológica estadounidense desde la llegada de Facebook, en 2012. Con la venta del paquete de acciones, la empresa recogió unos 8.100 millones de dólares, en un día complicado.