SIN LUGAR PARA LOS DEBILES
ESTE FIN DE SEMANA SALDRA EL FINALISTA QUE ENFRENTARA A LOS WARRIORS.
Quienes nunca han visto jugar a Boston en los años 60, a Denver y Los Angeles Lakers en los 80, y a Phoenix y Dallas en los 2000, pueden pensar que el básquet de ritmo trepidante fue descubierto hace pocos años. Lo que ocurre hoy es que en este juego es necesario tener ritmo para ser exitoso pero, además, defender bien y tirar triples a mansalva. Como ejemplo de esta tendencia podemos escoger o a los Golden State Warriors de Steve Kerr o a los Milwaukee Bucks de Mike Budenholzer. Y tal vez ellos jugarán las finales, para las que el equipo de Stephen Curry, Kevin Durant y Draymond Green ya ha clasificado.
Pero ¿qué ha pasado en estos playoffs, por qué Golden State estará de nuevo en el podio y quién podría desafiarlo más?
Historia y revolución. Para el actual bicampeón todo resulta más fácil de la mano de Kerr, un hombre que jamás prepotea a sus dirigidos, que parece inventar soluciones ofensivas con la misma facilidad con que respira, que asfixia a sus rivales defensivamente antes de demolerlos a velocidad y que tiene el talento de Guardiola sin su neurosis y el genio de Popovich y de Phil Jackson sin el mal carácter del primero ni el ego del segundo. Así lo reconocen sus principales jugadores, atletas extraordinarios que lo admiran.
Claro: cuando decimos “extraordinarios” queremos decir exactamente eso. Pasarán muchas décadas para repetir un plantel en que convivan maestros defensivos como Klay Thompson, Kevin Durant, Draymond Green y Andre Iguodala con tiradores de la clase de Thompson, Durant y Curry y con figuras de reparto como Kevon Looney, a las que Kerr les saca un provecho inusitado, pues se integran al conjunto en armonía.
Ese modelo virtuoso -aún con las lesiones de Durant y de DeMarcus Cousins- ha aparecido en estos playoffs de tal forma que los Warriors disputarán la primera de las finales de la mejor liga del mundo habiendo descansado nueve días. Con una curiosidad: esta será su quinta final consecutiva.
La incógnita. Mientras Golden State descansa, los Toronto Raptors intentan sorprender a los Milwaukee Bucks, que ganaban 2 a 0 y van perdiendo 3 a 2 una serie que continuará hoy. Los canadienses cuentan con un entrenador disruptivo y con un personal interesante donde brilla una superestrella silenciosa y excepcional en los dos costados de la cancha: Kawhi Leonard, ex compañero de Manu Ginóbili en San Antonio.
En tanto, los segundos cuentan con el excelente técnico Mike Budenholzer y con un plantel más versátil y profundo donde mete triples hasta un pívot de 2,13 metros y en el que el liderazgo recae en Giannis Antetokounmpo. La mesa está servida: no hay lugar para los débiles.