Macri sigue inaugurando obras en clave electoral
En Salta reabrió vías del Belgrano Cargas.
Como un ahogado que recupera el aire, el presidente Mauricio Macri tuvo dos semanas en calma. El jefe de Estado venía golpeado entre los rumores del Plan V, los movimientos del dólar y la posibilidad de la unión de todo el PJ en una gran interna lo desgastaron hacia adentro y hacia afuera de su gobierno.
Sin embargo, la continuidad de Alternativa Federal, la estabilidad cambiaria y la chance de elegir un candidato a vicepresidente que potencie su candidatura le dieron un compás de tranquilidad.
Es más: retomó sus chats con su mejor amigo, Nicolás Caputo, con quien comparte las jornadas de paddle en Olivos. Aún no sigue sus consejos como años atrás, pero es una de las pocas voces disonantes a la del jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Entre los suyos, el Presidente también reniega. No quiere bajarse salvo que haya una evidencia “científica” de los estudios que encargó a Jaime Duran Barba, su socio Santiago Nieto y el psicólogo español Roberto Zapata que indiquen que no tiene posibilidad alguna de ser reelecto. “Si el país no me entiende, no puedo hacer nada. Yo soy el garante con el mundo, no sé cómo la Argentina va a vivir con otro gobierno”, le dijo a un grupo reducido de interlocutores en estos días.
Peña lo alimenta –como en estos tres años y medio de mandato– de optimismo ante el escenario revuelto. “Es a nuestro favor”, le susurra, apuntando a que la hiperpolarización con CFK y gran parte del PJ enfrente lo potenciará. Eso sí: la existencia de Alternativa Federal, con o sin Sergio Massa, le permite dividir parte del voto peronista, una necesidad que nunca explotó a fondo como lo aconsejaban Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados, o Rogelio Frigerio, el ministro del Interior.
El enigma sobre Roberto Lavagna también está en el juego. En el macrismo creen que puede llevarse un porcentaje de los votos “desencantados” si es candidato. También el economista José Luis Espert, quien podría visitar Olivos la semana que viene, según dejaron trascender en su entorno.
El jefe de Gabinete repite que el oficialismo no debe opinar sobre cómo se arma la oposición. No solo se lo dice a periodistas: le dice lo mismo a la dirigencia de Cambiemos y al grupo de Whatsapp de “voceros” oficiales donde participan desde el radical José Cano pasando por los diputados Eduardo Amadeo y Waldo Wolff hasta la senadora Laura Rodríguez Machado, entre otros. Peña les pidió que defiendan la gestión hace 10 días en una reunión en su despacho. Cano indagó si habría algún cambio sobre los fondos públicos para los medios de comunicación en la campaña. Al radical le preocupa que en Tucumán Silvia Elías de Pérez pelea el tercer lugar. La respuesta fue negativa.
Paralelamente, ayer se lo pudo ver al Presidente en Salta. En un hecho extraño: se quedó a dormir allí un día. Macri detesta dormir en el Interior: ya lo expresaba cuando era candidato. En el oficialismo aseguran que fue en plan “seducción” de Juan Manuel Urtubey, el gobernador de Salta. La negativa fue rotunda a cualquier insinuación sobre la vicepresidencia, según explicaron cerca del gobernador. La idea de “ampliar” no lo convence del todo pero, pragmático, habilitó a experimentos sobre las listas y su compañero de fórmula. En la Casa Rosada afirman que las expectativas mejoraron por primera vez en más de un año. Creer o reventar.