Duran Barba busca que el miedo a CFK supere a la decepción
El ecuatoriano ya se instaló en el país para el desafío de lograr la reelección de Macri. Busca contrastar falibilidad con prepotencia. Números en alza de la imagen de Macri.
A los 71 años, Jaime Duran Barba encara el desafío intelectual más importante de su vida: lograr la reelección de Mauricio Macri. Así, de esa forma grandilocuente, lo define él mismo, instalado definitivamente en Buenos Aires. La frase revela la enorme dificultad que tendrá el oficialismo para ganar en octubre y en un eventual ballottage. Con una pequeña ventaja: frente a una economía aún helada pero un poco más estable, el Gobierno ahuyenta los rumores sobre una posible renuncia del Presidente a su candidatura.
Ante ese panorama de calma relativa, el consultor ecuatoriano apuesta por sí mismo. Cree que el desenlace electoral ahora depende de su creatividad para que Macri sea elegido nuevamente, aunque sea por descarte y por una diferencia mínima.
Para Duran Barba, la campaña tiende hacia la polarización entre el oficialismo y el espacio de los Fernández. Las terceras vías marchan hacia el desguace. Por fuera de los votantes incondicionales de ambos núcleos, el asesor detecta dos sentimientos imperantes: decepción por la performance macrista y miedo hacia los arranques de Cristina Kirchner.
En su laboratorio sociológico, donde estudia comportamientos y posibles reacciones electorales, Duran Barba trabaja para agigantar el miedo hacia la candidata a vice. Con lograr que sea apenas mayor que la desilusión ante el fracaso del Gobierno, le alcanza y sobra. “Ella cometió un error con la fórmula en Provincia. Pasó por encima a los intendentes. Ni siquiera hizo la farsa de un congreso. Eso deja gente resentida”, analizó tras el anuncio de la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario para la gobernación bonaerense. El gurú afirma que ese dedazo, sumado al de haber ungido a Alberto Fernández, resalta la percepción social sobre la “prepotencia” cristinista. Prepotencia vs. falibilidad: esa mirada de trazo grueso busca instalar.
“Nos ven como nerds sin malas intenciones. Guillermo Dietrich no apasiona a nadie. Pero tampoco espanta. Cristina, en cambio, está rodeada del tren fantasma”, planteó en una de las reuniones que mantuvo tras sus minivacaciones. En adelante, la comunicación oficial machacará con ese contraste.
Duran Barba intentó relajarse durante casi una semana en su casa de Puembo, ubicada las afueras de Quito. Ahí, en un campo sin cable ni acceso a internet, el ventanal de su dormitorio da a una cascada artificial. En Puembo, Duran Barba tomó envión mental. A su regreso, ya se encontró con Macri y Marcos Peña, tanto en la Casa Rosada como en la quinta de Olivos. En las últimas semanas, el consultor había tenido una fricción inédita en sus quince años de convivencia con el PRO: estuvo al borde de la discusión con Peña, a raíz del anuncio sobre el congelamiento de precios. Jaime lo impulsaba, ante la resistencia ideológica de Macri.
Por estas horas, espera las conclusiones del último focus group del psicoanalista español Roberto Zapata, alias el Doc, uno de sus socios históricos. Mientras, se entretiene con los tracks diarios sobre la imagen de Macri y Cristina. Se trata de una encuesta continua, hecha para detectar variaciones a lo largo del tiempo. Cada día la entrevista se actualiza: se le pregunta lo mismo a un nuevo tercio del universo elegido originalmente. El encargado de realizarla es un apadrinado de Duran Barba: Gandhi Espinosa Tinajero, desde la consultora Boroca.
Según tal estudio, la imagen de Macri le sacó rédito al anuncio de que Alberto Fernández sería el candidato del kirchnerismo. Le sirvió al oficialismo para frenar la caída del Presidente. El sábado 18 de mayo, día en que se conoció la noticia, Macri tenía una percepción negativa de 58 puntos. La positiva era de apenas 38. Desde ese momento, el rechazo bajó a 51. Y la valoración subió a 44. Duran Barba controla obsesivamente esas tendencias. Y asegura que todavía hay margen para que el miedo supere a la decepción.
El 18 de mayo, Macri tenía 38 de positiva y 58 de negativa. Esta semana, 44 y 51