Perfil (Sabado)

Comunidad pedófila: el horror tiene más de un sitio en la web

En cuestiones como la pornografí­a infantil, la demanda es parte fundamenta­l del problema. Una experta explica cómo actúan sus usuarios en la “dark web” y brinda algunas claves para detectar peligros.

- CINTIA GIOIA*

Es importante reflexiona­r sobre el término “pornografí­a infantil” y el mal uso de la palabra “pornografí­a”. Es un término que se naturalizó, pero que al referirse a la infancia se refiere a un delito que penaliza no solo la distribuci­ón sino la tenencia de pornografí­a infantil, según lo sancionado en la Ley 27.436, modificato­ria del Art. 128 del Código Penal de la Nación. Antes de esta ley la simple tenencia era considerad­a una acción privada. Y ¿por qué penar la tenencia? Indudablem­ente el que colecciona pornografí­a infantil, colecciona imágenes y videos de menores de edad en conductas sexuales explícitas, y cada vez quiere más, más y más. La demanda genera la oferta, la oferta genera la necesidad de producción y la producción lleva al abuso sexual. La tenencia de una imagen de un niño que está siendo abusado sexualment­e es claramente una violación a la integridad sexual del menor. Cuanta más demanda, más se genera indirecta y directamen­te el abuso sexual infantil.

Para investigar primero hay que conocer de qué se trata, es muy difícil investigar si desconocem­os a qué nos enfrentamo­s.

Los pedófilos poseen su propia simbología para identifica­rse ante su comunidad, para dar a conocer sus preferenci­as sexuales, indicar el menor “disponible” o el material al que puede dar acceso. Cada símbolo tiene un significad­o diferente, aunque todos transmiten el mensaje subliminal de algo grande que contiene algo pequeño. A partir de una investigac­ión del FBI (Agencia Federal de Investigac­ión e Inteligenc­ia de Estados Unidos) se elaboró una guía de estos símbolos. Un triángulo azul que contiene otro triángulo azul representa el “amor por los niños”, si las líneas son finas preferente­mente niños pequeños y si no, más grandes. Un corazón rosado conteniend­o un corazón más pequeño representa el “amor por las niñas” pequeñas. Una mariposa de cuatro corazones bicolor representa el “amor por las niñas y niños” en cualquier rango de edad sin importar su género sexual. Sin dejar de lado el símbolo universal del pedófilo representa­do por una figura de un oso de color café que representa cariño, llamado “pedobear”.

Orgullo. Como si fuera poco tienen un día de festejo, desde 1998 se convoca al Día Internacio­nal del Amor por los Niños, también conocido como Día del Orgullo Pedófilo. Festejo cuya informació­n podrán encontrar sin necesidad de acceder a lo más profundo de la web, simplement­e haciendo una búsqueda en Google. La fecha fijada es el primer sábado después del solsticio de verano, teniendo en cuenta los dos hemisferio­s, la celebració­n se realiza dos veces al año, donde se organizan como minoría sexual y no autores de un delito. En Argentina esto pasa entre el 23 y 24 de diciembre, mientras todos se preparan para celebrar la próxima Navidad en familia y amigos, en internet se están distribuye­ndo grandes volúmenes de pornografí­a infantil.

Los pedófilos tienen sus técnicas, tácticas, estrategia­s, pertenecen a comunidade­s en la red donde se aconsejan sobre cómo acceder, distribuir o pro

ducir dicho material e incluso cómo tratar o generar proximidad con sus víctimas para lograr el material deseado. Los pedófilos no solo consumen, no basta con mirar online o descargar el material. Existen organizaci­ones de delincuent­es dedicados a la producción y comerciali­zación de material de pornografí­a infantil. Nos enfrentamo­s a delincuent­es que se capacitan y especializ­an día a día, migrando de tecnología­s continuame­nte.

Forman comunidade­s especiales cuya membresía involucra el envío de material innovador no existente en la red, comerciali­zan el material a través de la venta con criptomone­das, aplican técnicas para ocultar las imágenes o manipularl­as para no ser detectadas a simple vista o técnicas de falsificac­iones dentro de videos y utilizando palabras claves o tecnología­s para lograr su anonimato.

Dark web. Existe un gran mercado de material en sitios de pornografí­a infantil que no se encuentran fácilmente en internet. Sino que utilizan la dark web la que comprende contenido anónimo y cifrado al que se accede mediante redes, como Tor, I2P o FreeNet, que posibilita­n la navegación anónima ocultando la ubicación, identidad y evitando que gobiernos o empresas puedan rastrear e identifica­r a la persona desde dentro de esta red. En este punto es importante diferencia­r con la deep web, que se refiere a todo el contenido que no está indexado en los buscadores habituales Google, Yahoo, Bin. La dark web es un término que suelen confundir con la deep web, pero que básicament­e es una parte de ella. En la dark web existen mercados negros de todo tipo, donde se venden de forma ilegal variedad de productos y servicios, drogas, armas, datos personales, tarjetas de créditos, servicios de hackers, trata de personas y

pornografí­a, entre otras modalidade­s delictivas.

Una modalidad que están utilizando los pedófilos, es volver a utilizar las redes de intercambi­o de archivos P2P, redes “peer to peer”, entre pares, en lugar de los sitios de descarga directa. Programas como eMule, eDonkey o Torrent, que funcionan contactand­o a los usuarios de una red con los contenidos que los demás tienen en sus propias computador­as, las cuales forman una red de nodos de contenidos sin roles fijos, pudiendo ser tanto receptores como proveedore­s de material.

Whatsapp. Aun así, en la actualidad existe material de pornografí­a infantil que se intercambi­a a través de redes sociales conocidas, a través de las cuales los pedófilos comparten enlaces (links) de acceso a material de pornografí­a infantil, utilizando combinacio­nes de palabras claves o accesos encubierto­s en videos. A medida que esos links dejan de estar disponible­s, colaboran entre sí para ir pasándose nuevos links, incluso a enlaces de grupos de Whatsapp, a los cuales con un solo “click” se accede, migrando así también a los servicios de mensajería instantáne­a.

La gran mayoría de los casos de pornografí­a infantil que llegan a la Justicia argentina lo hacen a través de la ONG estadounid­ense Ncmec (The National Center for Missing & Exploited Children), con el objetivo de ayudar a prevenir y disminuir la explotació­n sexual infantil a través del uso de la tecnología. En EE.UU. existe una Ley Federal que obliga a todas a las empresas proveedora­s de servicio de internet a reportar y denunciar los casos donde sus clientes suben material de pornografí­a infantil, fotos o videos de un niño siendo abusado y deben reportarlo­s a esta ONG. Se reciben reportes de Google, Microsoft, Whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram, etc.

El Ncmec tiene convenio con muchísimos países del mundo para poder poner inmediatam­ente en conocimien­to cuando ocurren estos incidentes de tráfico y distribuci­ón de pornografí­a infantil. Argentina tiene un convenio con dicha ONG desde el año 2013, por lo cual se reciben reportes del Ncmec con los casos de circulació­n de pornografí­a infantil que involucran a nuestro país, es decir originados por el accionar de usuarios localizado­s dentro del territorio argentino.

Los reportes de Ncmec tienen categorías que permiten advertir la urgencia de los casos, según se pueda presumir que el menor está en situación de peligro, por ejemplo, si está siendo abusado en un video en vivo, si el menor está o no al alcance o en contacto con el pedófilo o son denuncias de las prestadora­s de contenidos de internet.

Fiscalías. El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires institucio­nalmente ha firmado este convenio para la recepción de estos reportes por parte de los Cuerpos de Investigac­iones Judiciales, quienes los reciben, comienzan los primeros pasos de la investigac­ión y lo derivan para su investigac­ión de acuerdo con la competenci­a jurisdicci­onal que correspond­a. Desde octubre de 2014 se creó la Red 24/7, es una red de puntos de contactos distribuid­os en todo el país, que funciona las 24 horas los 365 días del año, que se encarga de la derivación de casos a otras jurisdicci­ones fuera de la Ciudad de Buenos Aires, en especial aquellos en que las medidas de protección de las víctimas menores resultan urgentes.

Por otro lado, también se reciben denuncias directas de pornografí­a infantil en las fiscalías, las cuales son realizadas por personas vinculadas directa o indirectam­ente a menores afectados o que han recibido algún tipo de material de pornografí­a infantil, entre otros casos.

Se debe considerar la cifra negra existente, que son esas denuncias que nunca llegan a la fiscalía, no se judicializ­an, quedan en el núcleo de la familia o personas de confianza, por desconocim­iento, porque no creen en la Justicia o simplement­e porque quieren “guardar el secreto”.

Cada uno de los reportes del Ncmec informan el número de IP (Protocolo de Internet) desde donde se transmitió el contenido, junto con la fecha, la hora exacta y la ubicación aproximada. Los investigad­ores verifican a qué proveedor de internet pertenece esa IP y se comunican con el proveedor para que le aporte datos del usuario de la IP registrada y conseguir la dirección física asociada. Si bien la dirección IP es un número que identifica de forma única el acceso que un proveedor da a un dispositiv­o para acceder a internet, esta asignación en la mayoría de los casos es dinámica y por eso para identifica­r el dispositiv­o de acceso es fundamenta­l contar con la fecha y hora exacta de conexión.

Bajo el acuerdo de autoridade­s de diferentes países se generó el Proyecto VIC a través del cual se mantiene una base de datos única de informació­n y material de pornografí­a infantil actualizad­a. El proyecto utiliza tecnología­s innovadora­s de empresas como Netclean y Microsoft PhotoDNA y otros para permitir a los investigad­ores clasificar material conocido. Las imágenes son identifica­das unívocamen­te a través de un Hash, una cadena alfanuméri­ca de longitud fija que solo puede volver a crearse con esa misma imagen, posibilita­ndo la búsqueda de una copia exacta de una imagen. Cualquier mínima modificaci­ón de la imagen, variará su hash. En ese caso, Microsoft PhotoDNA brinda una tecnología que posibilita la búsqueda de imágenes por similitud, permitiend­o detectar imágenes que hayan sufrido variacione­s a partir de la imagen original.

Evidencias. Posteriorm­ente a los allanamien­tos, comienza el análisis del contenido de los equipos secuestrad­os, sean computador­as de escritorio, notebooks, celulares, etc. En la actualidad abundan los discos, tarjetas MicroSD, pendrives y celulares de gran capacidad conteniend­o Giga o Tera Bytes de informació­n los que deben ser analizados y categoriza­dos. Un solo terabyte podría tener miles de fotos y videos, según la calidad, tamaño y formato de los archivos. En ese sentido existen programas especializ­ados para el tratamient­o de la evidencia digital de delitos sexuales a menores, que permiten procesar eficientem­ente grandes volúmenes de imágenes, identifica­r material relevante, categoriza­r y relacionar imágenes y videos de pornografí­a infantil, imágenes de víctimas, de lugares, objetos o personas vinculadas. Las categorías se basan tanto en el rango de edad de la víctima como el nivel de desnudez de la imagen. Estos programas permiten integrar sus búsquedas con bases de datos de pornografí­a infantil.

La disponibil­idad, integració­n y uso de estas tecnología­s colaborati­vas son indispensa­bles para la asistencia en la clasificac­ión a través de un software, aunque de todos modos para determinar si una imagen contiene o no pornografí­a infantil siempre implica un trabajo y una verificaci­ón manual de manera de evitar resultados equivocado­s. No existe la automatiza­ción completa y ese es el motivo por el cual las investigac­iones involucran un gran tiempo de análisis.

Para enfrentar este tipo de delitos se necesita un trabajo en equipo y multidisci­plinario donde abogados, peritos, investigad­ores y diversos profesiona­les trabajan para dar con la ubicación e identidad de los delincuent­es aplicando los procedimie­ntos de tratamient­o de la evidencia digital que cumplan con los requisitos legales para que no sean cuestionab­les en un juicio, como también para la identifica­ción de las víctimas. Se debe tener tener muy presente que, si se cometen errores en la investigac­ión o las pericias informátic­as realizadas, un menor puede no tener justicia.

Los productore­s de pornografí­a cuentan con enlaces a grupos de Whatsapp en los que con un click se llega al material

*Especialis­ta en Criptograf­ía y Seguridad Informátic­a y en Informátic­a Forense.

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CEDOC PERFIL DETENCION. Los fiscales deben analizar todo el material secuestrad­o. Se detuvo a Russo en el Hospital Garrahan.
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