Perfil (Sabado)

Definicion­es PRO: sin PASO para los radicales y un vice que muestre amplitud

Peña, Duran Barba y Frigerio ahora descartan que un dirigente del partido acompañe a Macri. Y no habrá una primaria con la UCR. La idea de un outsider vuelve a tomar fuerza.

- EZEQUIEL SPILLMAN

Las incógnitas alrededor del compañero de fórmula del presidente Mauricio Macri empezaron a despejarse. También la forma en la que será ungido candidato.

En primer lugar, ya hay coincidenc­ia en Cambiemos en que no habrá PASO para nadie del radicalism­o. Macri será el candidato, y esta semana ganó terreno una idea clave: debe tener un compañero que muestre “amplitud”, con lo cual empezó a disolverse la idea de ir con un PRO “puro”.

De esto hablaron en los últimos días el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el asesor Jaime Duran Barba y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Los dos ministros de Macri además encabezará­n la semana que viene una reunión clave con representa­ntes de la UCR para definir las listas nacionales y el armado electoral. Allí se barajarán nombres que podrían terminar en la fórmula.

En este sentido, la posibilida­d de que haya una primaria con un candidato radical que enfrente al Presidente está descartada. Esto era lo que venía tanteando un sector del radicalism­o para postular a Martín Lousteau como abanderado. El economista, que mantiene una pésima relación con Peña, salió de los posibles vices también. “Tiene que ser alguien que logre un delicado equilibrio entre la lealtad a Mauricio y la apertura hacia afuera”, describen en la Rosada.

En este marco, se los v io más pragmático­s que meses at rá s a muchos de los colaborado­res directos del Presidente. Duran

Barba dejó de repetir la máxima de que debe ser “sí o sí” una mujer quien acompañe a Macri, y el jefe de Gabinete, al igual que el ministro del Interior, comparten la idea de que la fórmula cerrada sería “una mala señal” a los mercados y hacia el futuro en términos de gobernabil­idad.

En los últimos estudios de opinión pública que atesoran en el primer piso de Balcarce 50, surgió la certeza de que el candidato a vice no sumará votos pero servirá para apuntalar un camino hacia delante. “Una fórmula cerrada a esta altura va a imposibili­tar acuerdos de gobernabil­idad para 2020, y además nadie se quiere pelear con la UCR”, agrega una fuente al tanto de las negociacio­nes.

Por ello, las tres mujeres que formaban el lote de la “fórmula pura” hoy están en baja: la actual vice, Gabriela Michetti, y las ministras Patricia Bullrich (Seguridad) –vetada por Peña– y Carolina Stanley (Desarrollo Social).

Este planteo no terminó de convencer del todo a Macri: le gustaría alguien muy cerca no, por eso Michetti y sobre todo Stanley habían ganado terreno a comienzos de año.

Sin embargo, ya escuchó de boca de sus asesores y hasta de su mejor amigo, Nicolás Caputo, que era esencial dejar en manos de un acuerdo con los aliados de Cambiemos la solución política a su compañero de fórmula.

El antecedent­e de 2015 permite ver de cerca cómo toma las decisiones Macri. En ese entonces, tras haber coqueteado con Ernesto Sanz –quien terminó yendo a una PASO junto a Elisa Carrió y el líder del PRO–, tenía la decisión de llevar a Peña como su compañero de fórmula. Pero Caputo intercedió de manera definitiva y terminó jugando con Michetti, a pesar de que meses antes había desafiado su autoridad yendo a la interna con Horacio Rodríguez Larreta por la Ciudad.

Opciones. En la decisión de no cerrarse también aparecen distintas variantes. Desde radicales hasta otros macristas. Los peronistas salieron de plano luego de la negativa taxativa del salteño Juan Manuel Urtubey ante la sugerencia informal del oficialism­o. Había sonado, muy tímidament­e, el senador Miguel Pichetto también. En Casa Rosada empezó a tomar forma la idea de sumar un outsider que pueda darle volumen a la fórmula (ver recuadro). También siguieron sonando el propio Frigerio, que no quiere saber nada con ser candidato a vice, y hasta un sector del macrismo intentó sostener en la mesa a Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados.

De hecho, el lunes Peña almorzó con Monzó a solas. Allí, el jefe de Gabinete le pidió que continúe en su cargo en el Congreso hasta fin de año. No hubo pases de factura. Pero tampoco retomaron la buena sintonía que los llevó a ganar las presidenci­ales de 2015. En ese entonces había dos polos de poder en el seno del macrismo. Desde que llegaron a Casa Rosada, Peña acaparó todo el poder sin disidencia­s internas que lo eclipsaran.

“Debe ser alguien que muestre lealtad a Macri y apertura hacia afuera.”

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PRESIDENCI­A MOVIDA. La semana que viene, Peña y Frigerio definirán con los radicales el armado electoral.

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