UNA PRUEBA PILOTO PARA 2022
Campeona de Asia por primera vez en su historia, la selección de Qatar tendrá en esta Copa América, donde acudirá como invitada, su única oportunidad de medirse en competición a combinados de fuera de su continente antes de que organice el Mundial 2022.
Contra todo pronóstico, el pasado 1º de febrero la selección de este pequeño Estado del Golfo conquistó la Copa de Asia, su primer gran título a nivel internacional y lo hizo de la mano de un técnico español, Feliz Sánchez, prácticamente desconocido en su país.
Este técnico de 43 años dejó La Masia, el centro de formación del Barcelona, para incorporarse en 2006 a la Aspire Academy, la academia deportiva inaugurada dos años antes por el gobierno de Qatar con el fin de fabricar deportistas en el intento del pequeño Estado del Golfo de ganar renombre internacional gracias al deporte.
En julio de 2017 sustituyó
como seleccionador al uruguayo Jorge Fossati, después de que éste no lograra clasificar al equipo para el Mundial de Rusia 2018. “Jugar en la Copa América será un desafío enorme, porque no estamos acostumbrados a jugar contra selecciones sudamericanas, pero mis jugadores están confiados en que podran dar lo mejor”, explicó Sánchez, que a comienzos de mayo renovó su contrato hasta 2022, por lo que debería ser el técnico que dirija al combinado anfitrión en ese Mundial.
Encuadrado en el Grupo B, junto a Argentina, Colombia y Paraguay, Qatar no aparece como favorita para superar la primera fase, aunque si ofrece el mismo rendimiento que en la Copa de Asia puede dar alguna sorpresa. “Hablar de posibles resultados no es fácil -admite Sánchez-. Tenemos tres rivales muy duros”.
El técnico español afrontará el torneo con el mismo plantel que ganó la Copa de Asia, salvo tres cambios por lesión, uno de ellos el del joven centrocampista Khaled Mohammed, uno de los pocos jugadores con experiencia en el extranjero.