GANAR EN BERLIN
J.M.D. —¿Cómo fue la experiencia de ganar en Berlín?
—El Festival recibió de manera amorosa la película, lo sentíamos en las proyecciones. Cuando ganamos el primer Teddy de la crítica fue muy emotivo, pero después cuando fue el de la Mejor Película sentí una avalancha de emoción y gratitud. Hacia ese Festival, hacia la gente que trabajó en la película. También la particularidad del premio, que sea un premio relevante dentro del cine queer, era algo desconcertante y hermoso, yo nunca sentí que hacía un cine claramente gay. Pero sentía que con esta película, una parte mía, tal vez con más formas o austera había cedido y aparecía de manera nítida lo queer, el desparpajo, la solidaridad, la belleza rara. Esa noche fue una experiencia loca y alegre. Coronaba la experiencia entera que atravesamos los que hicimos la película.
—¿Qué sentís te ha llevado a una película tan personal y poderosa?
—Perderme el respeto. Tal vez envejecer y dejar de temer al ridículo. Tener ganas de divertirme con lo que hago. Ser descaradamente emocional, cuasicursi. Intentar ir más allá de los prejuicios formales que tengo al pensar y hacer cine.
—¿Qué nos podés contar del trabajo de tus actores?
—El trío protagónico estuvo desde la escritura del guión. Incluso tomé rasgos de sus personalidades. El resto del elenco son actrices y actores que admiro del off. El trabajo fue de gran entrega.