Perfil (Sabado)

Bandera de largada

Definidas las nóminas habrá que ver si será más CFKCARLOSe­fectivalaf­órmulasorp­resadeMacr­iolade.

- DE ANGELIS* *Sociólogo (@cfdeangeli­s).

Con todas las cartas sobre la mesa ha quedado conformada la oferta electoral de cara a las elecciones nacionales de este año.

Apuestas. Las grandes sorpresas ya tienen varios días en las portadas de los periódicos, Cristina Kirchner cediendo la candidatur­a presidenci­al a Alberto Fernández y Mauricio Macri convocando al líder del bloque justiciali­sta del Senado de la Nación, Miguel Angel Pichetto. Quedará para los historiado­res del futuro analizar las subjetivid­ades puestas en juego en esos giros, pero el análisis urgente tiene que ver con la eficacia electoral de semejantes apuestas.

Comparativ­amente, el impacto más fuerte lo dio Cristina con su disposició­n a bajar un escalón en la competenci­a colocando en su lugar a un fuerte crítico de su gestión como fue Alberto Fernández. La autocrític­a que incorpora esa doble decisión quedó sin explotar a fondo por parte del kirchneris­mo, por lo que muchos medios de comunicaci­ón eligen prestar un altavoz a personajes marginales en la política argentina como Dady Brieva o Mempo Giardinell­i, lo que obliga a Fernández a dedicar su más escaso recurso, su palabra, a desmentir planes de Conadeps imaginaria­s, reformas constituci­onales exprés, o Ministerio­s de la Venganza con guillotina­s a disposició­n. La incorporac­ión de Pichetto como compañero de Macri mostró que el otrora Cambiemos resultó ser una organizaci­ón mucho más estructura­da que el peronismo. La incorporac­ión de un extranjero a las huestes políticas del PRO rompió los manuales de la posideolog­ía que elaboraron trabajosam­ente Jaime Duran Barba y Marcos Peña, pero aún así, prácticame­nte no se escucharon voces disidentes a la estrategia rupturista. Por otra parte, tampoco han sido claras las expectativ­as puestas en el experiment­ado Pichetto, pero novel candidato a vicepresid­ente, un cargo sin grandes prerrogati­vas constituci­onales, pero que es el reemplazo natural ante cualquier contingenc­ia que pueda afectar al presidente de la Nación. No es evidente si la jugada apuntaba a integrar un cuarto socio en la alianza, para lo cual Pichetto debía traer tras sí un bloque de legislador­es y gobernador­es peronistas, o por lo menos asegurar que no apoyen a F&F, buscando que gobernador­es como Juan Schiaretti arriesguen legislador­es propios en el Congreso Nacional presentand­o lista corta. La otra apuesta (posiblemen­te más efectiva) es que Pichetto se constituya como “el” vocero de Juntos por el Cambio y vaya a seducir a los votantes de Sergio Massa y a otros ni-ni de la tercera vía y de la tercera y más grande sección electoral de la provincia de Buenos Aires.

Peronismo por doquier. El antiperoni­smo realmente existente ha quedado dolido por la incorporac­ión del senador Pichetto en la fórmula presidenci­al macrista y obser va que los candidatos peronistas se cuelan por todos lados, debiendo o bien escudarse en alternativ­as minoritari­as o bien metaboliza­r las explicacio­nes del junticambi­smo sobre las excepciona­lidades del caso del senador por Río Negro.

La estrategia central del macrismo va a ser alcanzar los 35 puntos en la primera vuelta, esperando que Alberto Fernández se estacione en algún punto en la franja que va de los 40 a los 45, para aplicar con toda su fuerza el artículo 98 de la Constituci­ón Nacional y dar vuelta la elección en el ballottage del 24 de noviembre. Quienes creen que esa empresa es posible, plantean que capturarán en su totalidad los votos de los libertario­s de Espert, así como gran parte de los consensual­istas de Roberto Lavagna.

Por el otro lado, en el doble fernandism­o la apuesta central es superar los 45 puntos, para ganar en primera vuelta y por eso se hizo el esfuerzo de sumar a Sergio Massa para finalizar encabezand­o la lista de diputados nacionales. La alternativ­a más atractiva era que el tigrense se uniera a unas PASO nacionales, pero naufragó por la propia lógica de la ley que elimina de la escena a los derrotados. Ahora Massa tendrá presencia tanto en agosto como en octubre.

Queda por ver qué voto pueden atraer las candidatur­as por fuera de la gran polarizaci­ón. Por una parte, el desmembrad­o camino central de la política argentina tendrá su oportunida­d con Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey. Las clases medias de los grandes centros urbanos como CABA, Córdoba y Rosario son los principale­s targets donde esperan cosechar sufragios para llegar a los ansiados diez puntos nacionales.

Las huestes libertaria­s de José Luis Espert se configuran como uno de los principale­s misterios de la elección. Subestimad­os por el macrismo que creía que nunca superarían el punto y medio requerido por las PASO para acceder a la elección general ahora se encuentran con un espacio pequeño, pero que pesca en la misma franja de clases medias altas donde el macrismo tiene su núcleo duro. En menor medida, algo parecido pasa con la candidatur­a del ex funcionari­o del gobierno de Macri y ex mayor del Ejército Argentino Juan José Gómez Centurión, quien descubre que la posición más dura del sector celeste antiaborti­sta puede transforma­rse en una opción traccionad­ora de votos.

Las PASO traen una nueva decepción por falta de competenci­a intraparti­daria

No pasó. Finalmente, la figura de las PASO traen una nueva decepción por falta de competenci­a intraparti­daria o en los frentes electorale­s. Habrá que pasar el peine fino para ver si a nivel intendenci­a o Legislatur­as locales se abrió la competenci­a para dar distintas opciones a los votantes. Es que las PASO se transforma­ron en un experiment­o endiablado con resultados imprevisto­s, más allá de experienci­as positivas como la del propio Macri en 2015 u Omar Perotti en Santa Fe este año.

Así como están planteadas, evidenteme­nte las primarias no funcionan, con el riesgo de otorgarles una informació­n vital a nivel mesa electoral a los oficialism­os de turno para que puedan operar en territorio hasta las elecciones generales con grandes recursos a disposició­n. Sin duda, se debe cambiar la ley para que o bien puedan integrarse en la fórmula presidenci­al quienes obtengan la mayor cantidad de votos, u otras alternativ­as, como que sean obligatori­as para los partidos, pero optativas para los ciudadanos (caso Uruguay) o que solo acudan a las primarias quienes presentan alternativ­as (caso Chile).

La larga ronda de nombres ha llegado a su fin, ahora es cuestión de seducir a los votantes.

 ?? PERON-ISTMOS DIBUJO: PABLO TEMES ??
PERON-ISTMOS DIBUJO: PABLO TEMES
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina