Las retrospectivas de Erlich y Le Parc, en simultáneo
Un éxito total de público –en solo 13 días ya la vieron 36 mil personas– y una sorpresa: los más chicos se maravillan cuando llegan, sobre todo con la pileta –tal como, además, se llama la obra que representó al país en la Bienal de Venecia de 2001 y está en la muestra permanente de un museo en Japón– en la que se “sumergen” a través de una ilusión óptica.
En el Malba, la primera retrospectiva del artista Leandro Erlich termina el 27 de oct ubre, pero ya es f uror. “Liminal atrapa a grandes y niños por igual, ya que trabaja con espacios o referencias comunes de la vida cotidiana como una puerta, una ventana, un jardín, un aula y una pileta, con los que todos estamos familiarizados, pero genera curiosidad y sorpresa alterando su funcionamiento”, dice Guadalupe Requena, jefa de Comunicación y RR.II. del Malba. “Es un arte vivencial, que no requiere ningún tipo de conocimiento previo ni mediación. Hay que experimentarlo”, explica sobre el fenómeno.
En el CCK, por su parte, ayer se inauguró un homenaje que la Ciudad de Buenos Aires hace a uno de sus artistas más talentosos, que muestra toda su obra junta por primera vez. Julio Le Parc, un visionario – que termina el 10 de noviembre y es gratis– ocupa 3 mil m2 y varios pisos del centro cultural y hace honor al genio que vive en París. A los 90, Le Parc –que donó la emblemática esfera azul que corona el centro del ex edificio de Correos– recorrió el jueves las salas con sus esculturas, bocetos y pinturas con entusiasmo juvenil.