El interrogatorio canónico secreto y la insólita justificación de la Iglesia
El padre Eduardo Lorenzo no puede estar en contacto con menores, por un pedido expreso del Arzobispado de La Plata. Sin embargo, hasta la semana pasada seguía celebrando misa en la Parroquia Inmaculada Madre de Dios de la localidad de Gonnet, porque básicamente no existe ningún impedimento canónico.
En la causa judicial que investiga los abusos a menores está parte del expediente secreto de la Iglesia, con un curioso interrogatorio que revela las distintas denuncias que recibió la curia contra el cura Lorenzo. Por ejemplo, le piden “que reconozca como ciertas algunas de las acusaciones que presentaron por escrito en contra de su persona y de proceder pastolar, como calumnias gravísimas, carácter violento, irritable, e irrascible, injurias y acusaciones, notas de agravios o amenazas, y frecuentes habladurías contra personas”.
Eso no es nada. En otro tramo le exigen que diga “si es cierto que un joven se queda habitualmente a pernoctar en la casa parroquial, y si lo hace junto a usted en la cama matrimonial que posee”.
PERFIL accedió a las preguntas, que llevan la firma del monseñor José Luis Kaufmann, vicario judicial y presidente del Tribunal Eclesiástico Interdiocésano “C”, pero no a las respuestas que ofreció el sacerdote. Kaufmann hace una introducción en la que le aclara a Lorenzo que “no es parte de un proceso sino solo de una investigación preliminar y donde la iglesia arquidiocesana no solo no quiere perjudicarlo, sino que busca la verdad objetiva para ayudarlo a usted y cuando han hecho afirmaciones que comprometen su oficio de párroco”.
En otra parte del expediente canónico sobresale la declaración de dos docentes que hablan de maltrato y refieren –al igual que las supuestas víctimas– el desprecio del religioso hacia las mujeres.
El padre Lorenzo fue denunciado por primera vez el 20 de agosto de 2008 por una serie de abusos sexuales presuntamente ocurridos en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes.
La investigación fue iniciada por la fiscal penal Ana Medina. En enero de 2009 –hace diez años y medio– la funcionaria entendió que no existían “elementos suficientes que permitieran acreditar la existencia del hecho ilícito denunciado en autos” y dispuso el archivo de las actuaciones. En marzo pasado el expediente fue desarchivado.
“Se tomaron doce declaraciones testimoniales y la fiscal no halló pruebas para imputarle un delito. Por esa razón resolvió archivar la causa en 2009”, explicó a PERFIL Alfredo Gascón Cotti, abogado defensor del cura platense. El letrado aseguró que su cliente está “devastado” por la denuncia pero aclaró que ellos son “prudentes”. La semana que viene presentarán un testigo que supuestamente desmiente las acusaciones de las víctimas.