Quiere brillar
El primer SUV compacto de la marca toma la plataforma del Polo. Se destaca por el amplio interior y el nivel de equipamiento. La versión más equipada vale 1.432.000 pesos.
Desarrollar un automóvil por completo puede llevar años de investigación y análisis de mercado. Seguramente Volkswagen notó hace mucho tiempo que debía poner manos a la obra en el desarrollo de un nuevo producto, en un segmento desconocido para ellos. Tarea nada fácil; a pesar de que en el segmento B tuvo cierta experiencia con las versiones Cross de Suran y Fox, nada de esto había implicado el desarrollo de un producto totalmente nuevo, como lo es el T-Cross. Empleando la plataforma modular MQB, adaptada para el segmento compacto, este nuevo SUV llega para competir en una porción de mercado que cada día gana más ímpetu. Si bien este T-Cross se fabrica en Brasil, y ahora ya está disponible en Argentina con tres niveles de equipamiento, se ha convertido además en una interesante alternativa en el mercado europeo, donde también se comercializa, aunque con algunas modificaciones: allí, por ejemplo, es unos centímetros más corto.
LA NOVEDAD
Adaptado a las necesidades de nuestro público y caminos, este T-Cross no esconde el origen Volkswagen. Cuenta con un diseño clásico y formal desde el punto de vista estético, aunque algunos componentes puntuales realzan su carácter deportivo. Entre ellos las luces traseras con marco negro, o en este caso la pintura bicolor, disponible únicamente en el pack opcional Hero de la variante más completa Highline. Las llantas de 17 pulgadas con terminación pulida, los trazos rectos en la carrocería, junto a la diversidad de pliegues, lo convierten en una opción atractiva y moderna de acuerdo con los parámetros que hoy maneja la competencia. Quizás una de sus mejores armas esté escondida en el interior, que a priori puede parecer demasiado conservador. Sin embargo, en la versión más completa el aplique de la plancha de a bordo tiene el mismo tono que el color principal de su carrocería. Esta característica
le brinda un toque de exclusividad, sin contar sus dos grandes pantallas. La primera, detrás del volante, conforma el tablero de instrumentos, completamente configurable según lo que el conductor quiera que su vehículo le informe. Puede ser la simulación de un instrumental convencional, o incluso la posibilidad de espejar el mapa del navegador satelital. Este último puede ser visualizado también en la pantalla táctil central, desde donde se pueden manejar otras funciones, tales como el sistema de App Connect, con Android Auto y Apple Carplay. Todo este compendio de modernidad llama la atención de quienes buscan la última novedad dentro del segmento, aunque esta modalidad de doble pantalla esté disponible únicamente con el nivel Highline.
EQUIPADO
Volkswagen se ha esforzado para que el T-Cross se destaque en el apartado tecnológico, así como en materia de confort. El pack Hero agrega luces frontales LED, asistencia al estacionamiento o techo corredizo eléctrico, a una dotación que de por sí ya es destacable. Entre ella podemos mencionar control de presión de neumáticos, climatizador automático con salidas traseras, pack eléctrico, tapizado de símil cuero, control de velocidad crucero, volante multifunción, navegador satelital o encendido automático de luces.
En materia de seguridad, se pueden destacar los seis airbags y el control de estabilidad y tracción como equipo de serie en todas las versiones. La calidad percibida no sorprende, y hasta encontramos algunas pequeñas rebabas sobre el aplique del color de la carrocería, pero en general está en concordancia con lo que ofrecen muchos de sus competidores. También la comodidad a bordo ha sido tenida muy en cuenta en su desarrollo. La posición de manejo, que dispone de volante con doble regulación y amplio reglaje en altura de butaca, no amerita críticas, como tampoco el espacio disponible en las plazas traseras, amplio para dos adultos de contextura medianagrande, y hasta un tercer eventual pasajero. La capacidad de baúl varía de 373 a 420 litros, según en qué posición se ubique el piso rígido. En la más elevada queda un práctico doble fondo. Por debajo, la rueda de auxilio se compone de un neumático de tipo temporal.
SIN SORPRESAS
Toda la novedad tecnológica del T-Cross desaparece al encontrar un motor convencional de 1,6 litros y 110 CV. Se trata de un propulsor relativamente nuevo, íntegramente fabricado en aluminio y que previamente solo estuvo disponible en los Fox y Suran Highline y Golf 1.6 desde fines de 2014. Desde el año pasado lo traen todos los nuevos Polo y Virtus, y ahora la gama T-Cross por completo. Mantiene un andar tranquilo, sereno y lineal, que propone muy buenos consumos en ruta. Sin embargo, a la hora de medir prestaciones no parece lo suficientemente rendidor, y prueba de ello son los más de 14 segundos que demora para llegar a cien kilómetros por hora desde cero.
Lo acompaña una transmisión automática de seis velocidades con funcionamiento adecuado, y la posibilidad de comandar sus velocidades mediante levas tras el volante. Las versiones más económicas ofrecen una caja manual de cinco marchas. En cualquier caso, solo está disponible con tracción delantera.
En materia de suspensiones posee un andar muy ameno y confortable en la ciudad, transmitiendo solidez y robustez. En autopista presenta un andar adecuado, beneficiado por una dirección muy precisa.
¿LO VALE?
Este T-Cross Highline pack Hero se convierte en la opción más costosa de la oferta. La más económica Trendline arranca en 920 mil pesos, con menor dotación de confort, aunque con muchos de los elementos de este full, que se comercializa a 1.432.000 pesos. Se trata de un valor elevado de acuerdo con el segmento en el que participa, e incluso dentro de la propia marca, ya que una Tiguan Allspace con capacidad para siete ocupantes, con motor 1.4 turbo de 150 CV y caja DSG, se comercializa a 1.574.500 pesos.